Un curandero asegura que jamás manoseó a una joven

Don Carlos no sabe cuáles son las intenciones de la joven, ex paciente suya, que lo denunció ante la Comisaría 11ª de Villa Mercedes de haberse propasado con ella en una sesión, lo único que le importa es que, para bien de su familia y de su nombre, la verdad sobre lo que pasó ese día en su consultorio salga a la luz, según su abogado.

La realidad, según el curandero, es que el toqueteo en la entrepierna de la mujer, como expuso en una denuncia policial, nunca existió. Es más, ni siquiera alcanzó a ponerle una mano encima, porque cuando iba a revisarle la parte del abdomen que a ella supuestamente le dolía, antes de que él pudiera asentar la palma en su piel, de un manotazo la chica se la hizo a un lado, asegura el manosanta.

Según contó su abogado, Miguel Agundez, el hombre de 74 años por estos días ni siquiera puede salir a la calle. “No porque tenga motivos para sentirse avergonzado, él está seguro de su inocencia”, pero no puede eludir el hecho de que los dichos de la joven de 22 años y, sobre todo, la posterior divulgación que le dio la Unidad Regional II lo ha perjudicado. Sabe que hay gente que seguro ya no lo ve con los mismos ojos.

Tan convencido de que todo lo que dijeron es mentira está que apenas se asesoró con el abogado se puso a disposición de la Justicia. “Si el juez Contravencional y Correccional lo manda a llamar, él se va presentar. Pero mi cliente lo único que quiere es que se aclare la verdad de los hechos, para salvaguardar su buen nombre y honor”, recalcó Agundez.

Don Carlos sostiene que el miércoles 1º de abril la joven fue a su consultorio porque padecía de una dolencia en el abdomen. No era la primera vez que lo hacía porque, de hecho, casi toda la familia de ella se hacía atender con él. Lo conocían y nunca tuvieron ningún problema con el curandero.

Como muchas otras veces, él le pidió que se recostara en la camilla. “Cuando quiso tocarle, palparle la panza para ver si tenía alguna protuberancia, ella de forma automática le sacó la mano. O sea, ni llegó a tocarla”, sintetizó el letrado. Tan efímera e instintiva fue la reacción de la muchacha que ni siquiera dio lugar a ningún reproche “ni reprenda ni nada que se le parezca en el momento”.

Al abogado le gustaría ver con detenimiento la denuncia por “delito contra la integridad sexual” asentada en la comisaría el jueves 2, ya que, al parecer, podría diferir mucho de la versión que difundió la Policía. Según trascendió, lo que la joven en realidad habría denunciado es que el manosanta allegó su mano a su entrepierna, pero no alcanzó a asentarla allí porque ella, en un movimiento intuitivo, la retiró de un manotazo.

El parte de Relaciones Policiales, en cambio, sostenía que Don Carlos “la hizo recostar en una camilla, comenzó a masajearla en los hombros para después introducir su mano bajo su ropa interior y manosearla en sus genitales. De inmediato, ella reaccionó, se levantó y se retiró, mientras el hombre le manifestaba que no tuviera miedo”.