SAN LUIS - Jueves 16 de Mayo de 2024

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Operaron a la transexual que fue golpeada por su pareja

Por redacción
| 15 de abril de 2015
Maltratos frecuentes. Rosales (izq.) muestra lesiones que Yésica sufrió antes de la última golpiza.

Yésica Bustos parece animada, y se nota hasta en las ganas con las que toma una taza de mate cocido rebosante de galletas que ella misma desgranó. Tiene 38 años, pero parece una niña. Según el pronóstico de los médicos del Hospital San Luis, esta semana le darían el alta. Aunque deberá hacer reposo y rehabilitación, se entusiasma al saber que podrá irse a Chosmes, a la casa de una hermana a la que le dice “mami”, que la cuidará. Tiene que sobreponerse física y psicológicamente: el 31 de marzo a la noche, su pareja le dio tal paliza que le quebró la cadera del lado derecho. Y ella y sus conocidos tienen fe de verla caminar de nuevo.

 


En algún tramo de su existencia se convirtió en una mujer transexual y se bautizó Yésica. “Su vida no ha sido fácil”, aseguró Gema Rosales, coordinadora de la delegación local de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina (ATTTA), quien difundió el caso días atrás y ha asumido el rol de portavoz de la familia de la víctima, que anhela justicia.

 


Yésica nació en Chosmes, en el Departamento Pueyrredón, y tiene 23 hermanos. Padece "un retraso madurativo importante", dijo. Pasó su infancia en su pueblo y años más tarde se vino a la capital con una pareja, un hombre bastante mayor que ella. Las referencias que llegaron a Rosales son que él no sólo maltrataba a Yésica, sino que la obligaba a prostituirse.

 


“Solía cruzarla en la calle y lucía muy abandonada, con falta de aseo, bajo peso. Después dejé de verla. Hace un tiempo supe que en 2013 había formado pareja con este otro hombre, Daniel Muñoz, de unos 54 años, que la golpeó de modo brutal”, se lamentó la delegada de ATTTA.

 


Aclaró que, a pesar de que ha hecho algunas averiguaciones, no tiene la certeza de que él también la haya explotado sexualmente. Desconoce cómo se gana la vida el sindicado, quien está libre. No pesa ninguna medida judicial sobre él.

 


Un par de meses antes de la última paliza, Yésica fue golpeada fuertemente en la parte inferior de la pierna derecha, huyó y se refugió en Chosmes. Hoy, una gasa le cubre esa herida. “No había dicho nada de esa agresión. Se le había hecho una especie de gangrena que por suerte han logrado parar”, comentó.

 


El autor de esa lesión también habría sido Muñoz. La mujer estuvo en su pueblo unos días y luego regresó con él. “Hace tiempo que sufría maltrato, abusos. Tiene, por ejemplo, quemaduras de agua hirviendo. Pero por su incapacidad no ha podido tener noción del grado de violencia que ejercía sobre ella, y nunca lo denunció”, consideró.

 


Por su retraso y porque la última paliza la ha dejado en “un estado de shock muy grande”, Yésica “no habla mucho de lo que pasó; la mención del tema la pone mal”, aseguró la representante de la ONG. Por eso, ella y la propia familia Bustos reconstruyen como pueden lo que ocurrió el martes 31 de marzo.

 


Según la estimación de Blanca, hermana de Yésica, fue cerca de las 21 horas. Al parecer, a Muñoz no le importó agredirla en la calle. “Fue sobre la ruta del barrio Estrella del Sur. En esa zona vive él. Le dio puntapiés. Ella no quedó herida en la cara porque se tapaba, pero sí le quedaron marcas en las manos y los brazos. La gente sólo miraba, hasta que dos chicos intervinieron y luego los vecinos llamaron a la ambulancia”, resumió. 

 


Esa misma noche quedó internada en el Hospital San Luis. El lunes, los especialistas la operaron para colocarle dos clavos. La paciente no tiene obra social, “no tiene ninguna pensión, ni techo propio, ni recursos”, detalló.

 


Hace unos días Rosales tenía programada una reunión con el ministro de Salud Gastón Hissa y le habló sobre la situación de su compañera. Consiguió que el Ministerio le diera los elementos. Según Blanca, sin la ayuda de la coordinadora de ATTTA su hermana no habría sido intervenida quirúrgicamente. Ahora, la paciente se recupera en una cama de Traumatología.

 


Los profesionales del Programa Mujer y Comunidad y el Centro de Asistencia a la Víctima del Delito (CAVD) brindaron asesoramiento para hacer la denuncia, el viernes pasado. La formalizó Mirta, la hermana que le dará alojamiento a Yésica en Chosmes.

 


Rosales informó que dos jueces han tomado intervención en el caso. Una jueza de Familia y Menores dispuso una restricción de acercamiento para Muñoz: no puede arrimarse a Yésica y a sus familiares. “Sucede que días después de hacer la presentación, se acercó al hospital un cuñado de Muñoz. Quería hablar con Yésica, aparentemente con la intención de convencerla para que declare que ellos habían sido patoteados. Y también dijeron que Muñoz no estaba solo, que tiene una familia que lo respaldaba, como intimidándolos”, resumió.

 


La investigación penal está a cargo de la jueza Nº 3 Virginia Palacios. Refirió que pidieron el avocamiento de la magistrada, es decir, que la Policía remita el sumario tal como esté para que la jueza se haga cargo de modo directo de las averiguaciones. “Hoy –por ayer– estuve en el juzgado y me dijeron que esta semana puede haber novedades”, dijo.

 


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