En el barrio ATE III protestan por la quema de basura

Vecinos del complejo habitacional ATE III reclaman porque los contenedores que el Municipio instaló para la recolección de residuos son objeto de vándalos que los prenden fuego. El predio está ubicado entre las calles Aristóbulo del Valle, Estancia Grande, Narciso Gutiérrez y Esteban Adaro donde hay 8 contenedores metálicos: la mitad está sobre Estancia Grande y el resto en Gutiérrez. Todos tienen las marcas del fuego y alrededor están llenos de escombros, neumáticos, ramas y plásticos. El mayor inconveniente lo tienen los que viven sobre esas dos calles porque en frente hay terrenos baldíos que los dueños en algún caso, no los cerraron, y en otro, si bien tiene el cercado, el alambrado ya fue cortado.  
Ana vive en la esquina de Esteban Adaro y Gutiérrez, justo en frente a uno de los contenedores, y se quejó amargamente porque “cada vez que prenden fuego a la basura el humo se viene directo a nuestro departamento. Y aunque cerremos todo, el olor penetra igual”. Contó que su cuñada, que vive en el primer piso, “cuando hay viento se le llena de humo la casa y tiene que salir con el bebé porque no se puede respirar”.
Explicó que varias veces salieron con baldes para apagarlo, "pero no podemos gastar agua en eso. Encima la Municipalidad no se lleva la basura cuando ve que sale humo. Entonces, pasan semanas enteras con los contenedores llenos de ese olor que  nos intoxica”.  
Carina, otra de las vecinas, dijo que el horario de recolección es de 9 a 10 de la mañana, pero comentó que “en este último tiempo se llevaron uno de los contenedores al medio de la cuadra, cuando siempre estuvo en la esquina de Aristóbulo del Valle y Estancia Grande. Lo que pasa que al llevarlo para el otro lado, la gente sigue tirando la basura en la esquina y eso provoca mal olor, los perros rompen las bolsas y desparraman toda la basura”. La mujer reclamó porque “eso lo vienen a recoger recién los lunes cuando pasan las chicas que limpian las veredas y cortan el pasto. Por eso está todo sucio, lleno de moscas y en el verano llegaron las ratas”. También se quejó de la actitud de algunos vecinos porque “no les cuesta nada caminar media cuadra y tirar las bolsas en el contenedor. Si ven que no está en la esquina, por qué no la dejan en su lugar, en vez de tirarla ahí, a metros de la verdulería. Ayer (lunes) esa esquina era un asco”. 
Laura, otra inquilina del complejo, señaló que ahora la zona se ha vuelto propicia para los robos y recordó que “el domingo atraparon a cuatro ladrones que andaban en motos y se metieron por esos terrenos baldíos. Tuvimos suerte de que los agarraran porque otras veces pasan corriendo, se tiran boca abajo entre las malezas y de noche los policías no los ven. Encima el alumbrado público tiene todos los focos quemados".