La peña por el quinto aniversario de "Savia Nuestra" mostró a la banda en su mejor momento, con un buen caudal de fanáticos y a la espera de su primera placa.
La historia de los folcloristas es como la de casi todas las bandas que formaron anteriormente: tocaban cuando coincidían en cumpleaños, reuniones y juntadas varias, para divertir y divertirse. Hasta que se dieron cuenta que querían hacer algo más serio con el grupo.
“En los asados la gente se copaba; al principio hacíamos música cuyana pero después le metimos otros ritmos”, comentó el baterista Diego Sáenz, uno de los fundadores junto al guitarrista Roberto Chaves y el cantante Juan Pablo Fernández. El combo se amplió más tarde con otro cantante, Martín Pedernera.
“A partir de ese momento el grupo dio un vuelco, ya que salimos de lo cuyano para hacer otras canciones para mejorar el repertorio con folclore nacional”, agregó el baterista fundador.
Las últimas incorporaciones fueron el cantante y guitarrista Luciano Echenique, Alfredo Pereyra al bajo y Alejo Raddi en percusión, como para ampliar el sonido y actualizarlo a otros conjuntos del estilo.
Mucho de eso se vivió en la fiesta de cumpleaños, con cuecas (“De alpargatas y chupayas” y “Confesiones”), tonadas (“Yo tuve un jardín”, “Amar y siempre amar”, “Pa’mi puntana”), zambas (“Luna de abril” y “Ya no vendrás”) y chacareras (“De cal y de arena” y “La despedida”). En la noche de "La Pulpería", la banda se animó a los instrumentales como “El antigal”, “Zamba de Lozano” y “El gallo flaco”.
Con ánimos de agregar más condimentos a la fiesta, Marcelo Herrera, baterista de Algarroba.com y encargado del bar donde se realizó el festejo, ofició de maestro de ceremonias y cerca del final les acercó una torta a los cumpleañeros para que los músicos soplaran las velitas mientras al público le tocaba cantar. En ese momento volaron globos y ‘vivas’ felices.
Fue idea de Marcelo que colaboraran en la celebración otros dos artistas. Uno fue Rodi Pérez y sus canciones divertidas que centró su fanatismo “por los grossos del romanticismo nacional”, en un mix de Sandro con Leonardo Favio y retazos de Carlos Balá. Otro que fue de la partida fue “El Negro” Vidal, el humorista de Santa Rosa que, armado con su guitarra y buen humor, distendió al público con chistes aptos para todo público.
El grupo cumpleañero dividió su set en dos partes. Primero entraron después de Rodi, y al terminar la parte humorística del Negro Vidal. Ya en la segunda parte, con las primeras tonadas, se armó el revuelo de pañuelos y muecas al aire, donde una cuyana de ley pagó tributo con vaso de tinto que circuló por el escenario.
El aspecto familiero que le da el lugar reforzó la idea de pasarla en grande con lo accesible que quedó el local.
Una pareja bailó y un par de chicos zapatearon a gusto. Porque la fiesta de todos y cada uno de los presentes.
Para el cierre quedaron carnavalitos, cuecas norteñas y los inoxidables “El chulengo” y “Calle Angosta”, clásicos del cancionero puntano.
“Fue una noche hermosa, llena de familiares, amigos. Y la gente que nos va a ver siempre”, dijo Sáenz, y dejó lo mejor para el final: “Fue un placer que hasta mis hijos hayan bailado”, dijo orgulloso sobre sus niños, Facundo y Francisco, que llevaron adelante un show de malambo. También agradeció la presencia de los ballets “Espíritu criollo” y “La Sajuriana”.
Feliz a la vez porque ya terminan su primer disco, grabado en el estudio de Pablo Corvalán, con 13 temas, entre ellos dos propios. “Confesiones hasta tu alero”, de Eduardo y Martín Pedernera y “El indeciso”, de Alejo Raddi serán las canciones que lleven su firma en el debut discográfico.
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