Con la guitarra en sus manos, Mariano Salas cree que tiene todo lo que necesita: música, un oído, una satisfacción, un canalizador, paz, una charla. "Es como una amiga incondicional", resumió el artista que pasó gran parte de sus 44 años con una al lado. O sobre su falda.
El hombre empezó su fascinación por las seis cuerdas a los 11 años junto a su padre Osvaldo Darío Salas, que era un aficionado pero que tocaba la guitarra y cantaba muy bien “el tango de la guardia vieja”, resaltó el heredero musical.
“De chico escuché guitarras en mi casa, entonces me gustó el instrumento y empecé a estudiarlo”, recordó el músico, uno de los más reconocidos por sus pares en la provincia. Las ansias de conocimiento que tuvo de chico fueron saciadas con los consejos de Domingo Albornoz y de don Pereyra, sus primeros profesores. Años después se trasladó a Mendoza para perfeccionarse en la Universidad Nacional de Cuyo y en el conservatorio Lozada.
Cuando la tomó, Salas nunca dejó la docencia. A los 17 años ya dictaba clases mientras estudiaba. Y a la vez tocaba, como solista, en dúos, en grupos, en orquestas y con un conjunto folclórico. Todo por transmitir emociones y sensaciones.
En ese viaje de aprendizaje, Mariano escuchó a Juan Alais, un gran guitarrista, algo desconocido para el gran público, que falleció hace cien años. Para homenajearlo, Salas hará esta noche un repaso sobre un repertorio que irá de la música clásica a la romántica, y de allí a la folclórica y que alcanzará composiciones propias.
En el espectáculo que dará hoy a las 21, con entradas a 50 pesos, habrá más guitarras invitadas: las de Daniel Llaver, Germán Juárez y Damián Fernández.
La función se realizará en el microcine de la Universidad Nacional de San Luis, un lugar que el artista considera que es el ambiente ideal para los conciertos de guitarras. "Es un ámbito íntimo y la guitarra es muy intimista”.
Pero las palabras de amor de Mariano para su mejor amiga no terminan allí. “A través de ella se pueden expresar todos los sentimientos del alma, la emoción y los sentimientos, con ella vuelco todo lo que me pasa, lo que siento. Es una confidente a la que le hablo al oído", dijo el instrumentista.
Gracias a su compañera sonora, Mariano consiguió distintas becas y distinciones artísticas, grabó de manera profesional y actualmente es asesor de Musicalización en Cine en la Universidad de La Punta.
Logró el reconocimiento público de grandes maestros, como “Cacho” Tirao, Ariel Ramírez, Domingo Cura, “Tito” Francia, Miguel Ángel Girollet, María Luisa Anido y Eduardo Falú, con quien compartió un concierto en 1994.
Pero Mariano se inclina por los guitarristas alejados del reconocimiento masivo. Además de Alais, admira con fervor a Francisco Tárrega y en su honor bautizó a su conservatorio particular.
“Soy seguidor suyo, interpreto una gran cantidad de sus obras y transcripciones. Tengo la escuela de él para tocar”, informó sobre el músico que interpretó clásicos de Beethoven, Bach, Mozart, Chopin, Schumman, Schubert y Lizst.
La escuela de la guitarra de Tárrega se denomina científica o razonada, ya que se basa en punteos especiales y permite resolver de antemano los problemas que se le puedan presentar a los artistas. “Ese método te prepara de esa manera”, amplió Salas.
Lo que más resalta el concertista del show de hoy es que por fin podrá homenajear a Juan Alais, en un concierto que tenía planeado el año pasado pero que debió suspender.
Para describir a su ídolo, Salas dijo que Alais “fue el mejor guitarrista argentino del siglo XIX", porque compuso muchas obras de salón y baile, y recopiló una gran cantidad de escritos y música popular argentina que se había perdido. "La escuchaba en el campo, por ejemplo, y llevaba a la luz, las rescató del olvido”, recordó.


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