La Policía alcanzó a salvar las pilchas en el caso de un “motochorro” que estuvo a punto de ponerla en ridículo dos veces en menos de una semana. Primero Franco Matías Bustos escapó de la Comisaría 1ª, el jueves 16, cuando lo llevaron a ducharse y escapó por una ventana sin vidrio, sin que su custodio se diera cuenta. Lo atraparon cuatro días después, el lunes pasado, a la siesta. Estaba en su casa y al ver llegar a los efectivos corrió a esconderse debajo de la cama de un vecino, al que no le pidió permiso para entrar.
Tres horas antes, mientras era un prófugo que se jactaba de haberse burlado de la fuerza de seguridad, Bustos fue a tribunales lo más campante, acompañado por su madre. Entró caminando, pasó por la guardia de seguridad, habló con el defensor oficial y volvió a pasar por la guardia, cuando salió para volver a su casa. Si no lo hubieran capturado ese mismo día, la Policía hubiera quedado peor parada de lo que ya estaba por su fuga.
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