Admitió que mató a su novia de un balazo, pero dice que fue un accidente

Cuando Franco Aguirre se dio cuenta de que no podía sostener la mentira de que a su novia, Denisse Cid Frescia, la habían asesinado tres jóvenes que querían balearlo a él, ante las numerosas evidencias de que él la había matado optó por admitirlo, pero aseguró que “fue un accidente”.
Lo declaró ayer al mediodía ante la jueza Penal Nº 3 de San Luis, Virginia Palacios. 
La magistrado había ordenado a la Policía que el martes a las seis de la tarde trasladaran al detenido a su despacho, para que declarara en indagatoria, si quería. Lo ha imputado por homicidio agravado por el vínculo y por mediar supuesto de violencia de género. 
A esa audiencia fue convocado el defensor oficial de los tribunales, Carlos Salazar, pero Aguirre pidió una prórroga de veinticuatro horas para contratar un abogado particular. Ayer asumió su defensa Adriana Algarbe. Y Franco declaró a las doce. 
Fue un relato breve, y un poco enredado, señaló una fuente de la investigación. El acusado dijo que el domingo 29 a la noche discutió con uno de sus hermanos, Miguel, que le había hecho un comentario agresivo a su novia. Hacía menos de un mes que la joven chilena de 22 años se había ido a vivir con él en una habitación trasera de la casa de su hermana, Jennifer Aguirre, en la manzana 1005 del Anexo 5 del barrio Eva Perón.
Según Franco, luego del entredicho con su hermano, él y Denisse quedaron solos en la pieza donde convivían. “Ella sabía que yo tenía un revólver guardado en el ropero”, declaró el homicida. Cuando le preguntaron por qué había adquirido esa arma calibre 38, que según él compró en la calle a un muchacho del que ni siquiera sabe el nombre, Aguirre contestó que fue porque “el barrio es muy peligroso”.
“Denisse sacó el arma y me dijo, en broma, ‘con ésta te voy a matar’ y me apuntó”, declaró el homicida. Él, entonces, le dijo que le entregara el revólver, trató de tomarlo y empezaron a forcejear. En esa maniobra salió el tiro que le dio a la chica en el ojo, dijo.
El acusado aseguró que luego, desesperado, él pensó en suicidarse, pero entró su hermano y luchó con él hasta desarmarlo. Allí fue, según él, que salieron los otros dos disparos que escucharon los vecinos.