Rescataron a un turista que se golpeó en las sierras

Sergio Carvallo tenía un plan: llegar al Salto de la Moneda, uno de los atractivos de Potrero de los Funes. Ayer a la mañana, el turista de 48 años hizo junto a su familia el recorrido que comienza en la calle Las Azaleas, pasa por el puesto de control y cobro y termina en la caída de agua, en las Sierras Grandes. Según la estimación de una fuente, a los visitantes no les debe haber llevado más de 40 o 50 minutos seguir el sendero que los pondría de cara al salto y los imponentes pozos de agua. Pero un traspié obligó a Carvallo a regresar de un modo distinto, golpeado, en una camilla que los bomberos voluntarios de Potrero bajaron de las sierras bajo un aguacero. 
“Siempre hacemos actividades al aire libre con mis amigos. Hoy –por ayer– habíamos ido al salto. Habitualmente vamos costeando el río, no por el sendero, que es por donde suelen ir los turistas. Al llegar vimos un grupo grande de gente que nos preguntó si éramos de allí y nos pidió ayuda para bajar a un hombre que, al parecer, estaba quebrado. Lo primero que les dijimos fue que llamaran de modo urgente a los bomberos. Y alguien lo hizo”, contó un joven que colaboró en el rescate. 
Sergio Olarte, integrante del cuerpo de bomberos voluntarios de Potrero de los Funes, estimó que entre las 10:50 y las 11 recibieron el pedido de ayuda. Les avisó el dueño del puesto de control. “En principio fuimos seis (socorristas) y después se sumó uno más. Llevamos una camilla, para poder inmovilizarlo y trasladarlo por la zona serrana, que es con curvas, con subidas y descensos”, describió. 
Por tramos, la huella es más angosta y hay que conducirse con extrema precaución, no sólo porque puede haber piedras flojas, sino también por los arbustos que tapizan el terreno, algunos espinosos, agregó. 
Por los comentarios que escuchó el muchacho que colaboró, el turista se accidentó al intentar saltar de una piedra a otra. En esa maniobra, se golpeó las dos piernas, explicó. “En una –de las extremidades– tenía un corte, le sangraba. A la otra la tenía hinchada. De hecho, una nena de unos 7 años, que creo que era hija de este hombre, lloraba porque se había impresionado al ver que había perdido sangre. De todos modos, él se la bancó muy bien”, relató. 
Antes de que los socorristas salieran a afrontar las dificultades propias de la topografía con el lesionado en andas, se sumó la lluvia, que había amenazado durante la mañana desde un cielo plomizo. El agua “se largó justo cuando llegaron los bomberos y lo pusieron en la camilla. El problema es que las piedras mojadas hacen que el terreno sea más peligroso, resbaloso”, consideró el joven solidario. Dijo que los bomberos y otros ocasionales colaboradores rotaron en el traslado del herido. 
A pesar del chaparrón, pudieron transportar al lesionado hasta donde los esperaba la ambulancia del centro de salud del pueblo. Luego fue llevado al Hospital San Luis. “Se le hicieron todos los estudios. Tuvo golpes, pero se descartó que tuviera alguna herida de consideración, por lo que se le dio el alta”, informó Karime Raed, directora administrativa del hospital de la Capital.