“Nonpalidece”, el latido de la nodriza

Mismo lugar, misma banda telonera, mismo disco, que todavía les sigue dando réditos en vivo. A menos de un año de su presentación anterior en la provincia volvió “Nonpalidece”, una megabanda de reggea que llenó de groove y onda el auditorio Mauricio López.

La excusa fue la segunda presentación de “Activistas”, un disco grabado en la Casa de la Música de Villa Mercedes y que está dedicado a aquéllos que lucharon por la libertad social.

En la previa al show se vivieron momentos emotivos en los pasillos subterráneos del teatro. Una de las razones fue la aparición de  Darío Alturria junto a su hijo Pedro, ahijado de Néstor Ramljak, el vocalista de “Nonpa”. El cantante no tardó en ponerse a jugar con el nene, mientras su padre charlaba con el resto de la banda, entre risas por su accidente en skate (se quebró el pulgar de la mano derecha pero ya se repuso) y los elogios por su nuevo proyecto, “Blackdalí”, que ese mismo día había estrenado su primer clip, “No loyalty”.

Pedrito, el heredero Alturria, se entretuvo dibujando sobre una vieja lista de temas, el único papel disponible para distraerlo. Atento a un estornudo del niño, el padrino fue a buscar una servilleta mientras Darío seguía contando sobre el documental que grabó en Tierra del Fuego.

“Afrika Moksha”, la banda telonera, antes de salir a escena celebró con un vinito ceremonial y arengas hacia el escenario, mientras un grupo de cineastas grabó la presentación para futuros clips. A la escudería formada por el bajista Danilo Baldo, el batero Emi Grangetto y los guitarristas Edu Vergara y Matías Sosa se sumó como invitado especial Homero Escudero en teclados y coros, con su instrumento decorado con la colorida bandera de los pueblos originarios.

El cantante, Vergara, lució turbante y capa y en los temas “Tu ser” y “Faraón” entraron los vientos, sin saber que tras el cortinado Ramlajk y Alturria aplaudieron atraídos por la propuesta.

Invitado por la banda anfitriona, desde Villa Mercedes vino Dj Bigote y siguió con la fiesta desde las bandejas mientras “Nonpa” copaba el escenario. El musicalizador, rápido de reflejos, progamó el estreno de Alturria, “No Loyalty”, y los oídos atentos gritaron al escucharlo.

Una vez en escena, los activistas del reggae comenzaron con una intro instrumental hasta que el vocalista llegó con “Chalice” y la ovación fue total.

La estructura del teatro ayudó al acercamiento y se chocaron algunas manos con los de la primera fila. Para el cuarto tema, “Espejo”, las escaleras estaban atestadas con gente que se corrió hacia adelante. Hubo globos flotando con inscripciones del grupo y el cd.

“Buenas noches, San Luis”, dijo Néstor, con sus largas rastas que cortaban el aire y ayudaban a la coreo con su balanceo. “Hoy se mezclan las canciones viejas con las nuevas y la vida es reggae music para todos”, agitó y metió a todos en un trance del que fue muy difícil salir. La conexión entre los espíritus presentes era total y el ánimo no bajó hasta el final y mucho mas allá de los bises.

Entre los temas de la placa ejecutada estuvieron “Excusas”, “Chalice”, “Feed me” (con falso corte de luz total), “Herencia”, el que titula al disco, que fue con el que entraron a los bises (con “Jah rastafari”, “Dame luz” y “Mi fortaleza”) y “Grita lo que sientes”, el tema final que se perdió entre la distorsión.

En el medio sonaron varios clásicos como “Tu presencia”, el mencionado “Espejo” y “Dangerman”. Hubo vientos con fuerza y buenos desempeños en coros y rítmica en “Flores para tu partida”, donde el solo de guitarra fue demoledor. En “Mr. Muzik” se produjo lo esperado: Néstor fue a buscar a Darío tras bambalinas, que se resistió un poco al tener a Pedrito en sus brazos pero igual salió al ruedo. “Quería que viera a la gente de frente, me parece que le gustó”, dijo después el cantante invitado, contento.

En la sala colmada, el calor subió rápido la temperatura interior y algunas prendas fueron sacudidas como ventilador al ritmo del reggae. Entre los bailarines del frente se asomaban adminículos tecnológicos que registraron el momento, cosas de la vida tecnológica moderna.