Plata. Desde un primer momento, la Policía supuso que, por lo revuelta que estaba la casa de Eduardo Moreno y su nieto Carlos cuando hallaron sus cuerpos el 11 de enero, los habían matado para robarles un dinero que el abuelo de 81 años guardaba allí. A lo largo de la investigación la sospecha se orientó hacia el otro nieto del jubilado, Marco. Es que algunos vecinos aseguraron que en más de una ocasión escucharon, a través de las paredes, cuando el joven de 22 años discutía con el anciano y su hermano de 17 por plata, algo que él siempre pedía y pocas veces le daban. Algunas de esas peleas -consta en el expediente- habrían culminado en trompadas y hasta en zarandeos de cuchillo. La hipótesis tomó más peso hace apenas unos días, cuando uno de los tres hombres que el imputado habría buscado a mediados de diciembre para que aniquilara a su hermano y a su abuelo le contó al juez que Marco le había dicho que los quería muertos "para quedarse con la herencia y con la casa”, donde quería irse a vivir con su novia.
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