Más de medio año de retraso en la finalización de viviendas sociales en Buena Esperanza, generó el enojo del gobernador, Claudio Poggi, con el intendente de esa localidad, Carlos Espejo, quien al parecer administró pésimamente los fondos girados por el Ejecutivo provincial, una ineficiencia por la que el primer mandatario lo increpó públicamente.
“De las 4000 casas del interior que ejecutamos y estamos ejecutando con todos los intendentes, en el único lugar donde no se pudo avanzar fue acá, en Buena Esperanza”, sostuvo Poggi, quien explicó que las más de 30 viviendas debería haberse entregado antes de la Navidad pasada.
La obra sólo tuvo un avance inferior al 35 por ciento y luego la estructura fue abandonada, lo que además de generó una pérdida económica para la provincia ya que se debieron rescindir contratos.
“Pido perdón ajeno porque los recursos estaban, la voluntad también, en Navia, en Batavia y Fortín El Patria hicimos viviendas y les sobró plata; los intendentes les agregaron aire acondicionado y bañaderas, quiere decir que la plata alcanza y acá no alcanzó aunque es la misma cantidad”, afirmó Poggi.
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