Suena el teléfono del 911, donde las personas piden asistencia por accidentes o acusar un robo. Pero en San Luis la mayoría de los casos no son alarmas reales, sino que responden a bromas, insultos y hasta pedidos de información intrascendentes. Las estadísticas reflejan que sólo uno de cuatro llamados que recibe el Centro de Atención de Emergencias requieren intervención policial. El Ministerio de Seguridad actualizó el sistema hace cuatro meses para mejorar la atención.
Ese 25 por ciento refleja llamadas motivadas por robos, hurtos, accidentes con heridos, incendios, daños, ingreso a domicilios, disturbios, solicitudes de refuerzo policial, alertas de alarmas vecinales o botones antipánico, violencia de género, abigeato e incluso recorridos por jurisdicción. El sistema no discrimina el porcentaje para cada uno de estos subgrupos, sino que distingue únicamente los que participa la fuerza de seguridad.
Las autoridades señalaron que junio las llamadas que justificaron la intervención policial representaron el 23,15% de los llamados, mientras que en julio este porcentaje fue de 21,03%.
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