Hipismo en Terrazas del Portezuelo: el Federal integró a todos

La quinta fecha del Federal de Saltos Hípicos, zona San Luis, pasó por Terrazas del Portezuelo  con un número de inscriptos que superó las expectativas: participaron casi doscientos binomios, quienes hicieron del domingo una jornada sin pausa, desde las 9 y hasta el filo de las 22.
Compitieron jinetes y amazonas de San Luis, Villa Mercedes, Río Cuarto y General Levalle.
La particularidad de esta fecha fue la presencia competitiva de alumnos de la Escuela Provincial de Equinoterapia y del Club Ecuestre Valle Azul, quienes saltaron en la categoría Iniciados 0,30 y 0,40 metro. Se lucieron en la pista. Emocionaron a todos.
Recorriendo la pista de Terrazas, se percibe aires de mayor notoriedad. Tal vez será la enorme tarea de Argentina en los Panamericanos, con la obtención de una medalla para el equipo de salto, algo que se dio por primera vez en los últimos cincuenta años del Hipismo Argentino.
No digo que a Matías Albarracín, Luis Biraben, José María Larocca, Bruno Passaro y Ramiro Quintana se los reconozca como a Messi y compañía, pero en el ambiente hípico la medalla eleva el entusiasmo y la consideración.
Saltan chicos y grandes. Categoría Iniciados (0,60 metro), Escuela Mayor y Menor (0,70 a 0,80), Tercera-Children (varían desde 0.90 metro a 1, 30).
Para entender cómo es que jinete o amazona hablan el mismo idioma de un caballo, primero hay que tener en cuenta que el peso del atleta nunca debe superar el quince por ciento del peso del animal, y que el equilibrio es la base del salto. Después influyen la práctica, la constancia y la habilidad.
Todos repiten la ceremonia, termina el recorrido y hay una palmada, una caricia y hasta una sonrisa cómplice hacia el caballo.
Dicen, los que saben, que la parte inferior de la pierna es la más importante: no hay que moverla durante el salto, debe estar fuerte soportando el resto del cuerpo.
El jinete debe mantener su peso sobre el centro de gravedad del caballo. No adelantarse, ni retrasarse al movimiento.
Los talones no se deben subir, para eso, hay que subir los estribos uno o dos puntos, ya que si son demasiado largos, las piernas se irán para atrás y será imposible doblarse hacia adelante con el caballo.
Los hombros relajados, las manos estiradas hacia delante, hacia el cuello del caballo.
Durante el salto, caballo y jinete deben convertirse en uno solo: el jinete debe ser el complemento del caballo, acompañándolo, notando sus trancos.
Si todo eso es fantástico en jinetes y amazonas convencionales, sólo imaginemos a Gabriel Ingolingo y Daniel Silva, quienes tienen discapacidad motriz y la absoluta capacidad de asombrar. El jinete y la amazona de la Escuela Provincial de Equinoterapia saltaron con elegancia y con confianza, y se llevaron los mayores aplausos de la jornada.