Heidi Tunezi vive a quinientos metros del paso a nivel y asegura que “a la madrugada a lo mejor no, pero de día, el tren siempre tocó bocina”. Y ese día también lo hizo. Pero no de la manera habitual, sino de un modo más prolongado, insistente. Eso la motivó a mirar hacia el cruce y vio un colectivo parado junto a la vía.
La joven, una de las primeras en correr a auxiliar a las víctimas, aclaró ayer que no puede afirmar si el ómnibus estaba parado sobre la línea férrea, pero deduce que “tiene que haber estado sobre las vías para que el tren tocara tanta bocina”.
Su testimonio y el de otra vecina, Paola Pinelli, que estaba extendiendo que estaba extendiendo ropa en una soga y también salió a mirar porque la alarmaron los bocinazos del carguero,
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