Como hace años no sucedía, el Festival de Cosquín que comienza este sábado tendrá una nutrida presencia puntana. Ballets, solistas, bandas, un stand de la Casa de la Música y la delegación oficial de la provincia conforman una suerte de invasión local en el festival folclórico más popular del país.
En medio de todas esas historias, la de Rodrigo Garraza, un bailarín de 24 años, vicedirector del ballet "Estampas argentinas", asoma como especial en las primeras cuatro noches del encuentro. El joven es el único sanluiseño que quedó seleccionado para bailar en el prestigioso Ballet Camín, encargado de abrir las noches del festival.
Garraza -hijo de Jorge, el fundador de "Estampas..."- audicionó por un lugar en la escuadra oficial del festival en una experiencia que repitió del año pasado, cuando quedó afuera por muy poco.
El puntano de pura cepa folclórica, aunque con conocimiento en clásico, español y otros estilos, ensaya hace varias semanas en Córdoba para hoy, el que considera su gran día. Desde el 4 de enero que no veía a su familia, una abstinencia que se cortó ayer, cuando su padre llegó a Cosquín para verlo sobre el escenario.
"Se merece todo lo que le pasa porque es un gran profesional y un gran chico", dijo ayer emocionado Jorge desde la localidad cordobesa.
“Necesito un abrazo de la familia”, había dicho Rodrigo un día antes, cuando por fin pudo atender el llamado de ETC luego de arduas jornadas laborales. Hasta entonces, el bailarín recibió el cariño de sus conocidos en San Luis por medio de las redes sociales.
El sistema de elección consistió en la selección de 32 bailarines de diferentes provincias. Fueron varias etapas en las que los aspirantes bailaron dos o tres danzas folclóricas y se fueron eliminando entre sí. El final fue una pequeña secuencia del himno oficial del festival.
En la etapa final de las pruebas del martes 5 de enero, los nervios y la expectativa tuvieron en vilo a Garraza, pero recibió por anticipado su regalo de Reyes. “Se me cruzó de todo por la cabeza y se me cayeron las lágrimas. La vengo peleando hace bastante y esto es una gran felicidad para mí”, contó el joven.
Cuando su padre se enteró de la noticia, no pudo articular palabras: “Recién a la noche pude hablar con él, porque quería hablar y se emocionaba”, dijo Rodrigo.
Desde que llegó a Cosquín, el bailarín que hoy debutará en el festival, no tuvo descanso. Muy temprano un colectivo pasaba a buscar a la delegación de bailarines para ir a la famosa plaza “Próspero Molina”, para los ensayos y pruebas. Rodrigo convive por estos días con jóvenes de distintas provincias. “Estoy con chicos muy profesionales, podés ser un excelente bailarín, pero acá somos todos iguales”
El Ballet Carmín de Cosquín es el más importante del ambiente folclórico cordobés. Fue creado en 1988, pero a partir de 1994 fue designado ballet oficial del festival por lo que realiza la apertura y tiene presentaciones todas las noches. Esta vez, además de estar en las primeras cuatro lunas, el ballet hará un copete el domingo y el próximo jueves, con el grupo “La Callejera”. Para eso, Rodrigo también fue seleccionado.
“Estar acá es lo más grande que le puede pasar a un bailarín, es como jugar en la Selección Argentina. Apenas pisás el escenario en la plaza, se te pone la piel de gallina”, cerró Rodrigo, entre el orgullo y la emoción.
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