No por estar fuera del país, el TIM iba a cambiar una saludable costumbre que tiene cada vez que termina sus funciones. En el festival latinoamericano de teatro de Copiapó, los actores villamercedinos salieron a saludar al público en el hall de la sala y se llevaron dulces apreciaciones de los espectadores, acostumbrados a recibir obras de todo el continente.
Es que la que tiene al elenco puntano como protagonista es la vigésimo segunda edición de un encuentro que –con su repetición- ha ido formando visitantes críticos a las salas teatrales de la localidad del norte de Chile.
La primera función que asumió el elenco villamercedino fue el martes a las 20 en la comuna de Freirina, que está ubicada 175 kilómetros al suroeste de Copiapó. El festival –si bien tiene base en la localidad- propone que las obras que llegan visiten los pueblos cercanos para dar más difusión al encuentro.
El día de la actuación en Freirina, el TIM fue cálidamente recibido por el alcalde de la comuna, César Orellana, y por su colaborador, Juan Vega. La presentación de “No hay que llorar” fue la primera que se hizo en la sala de la Casa de la Cultura de la localidad después de su restauración, lo que significó todo un acontecimiento para el pequeño poblado.
El antiguo “teatro” -como llaman la sala en la comuna- es un importantísimo espacio cultural que estuvo casi una década sin poder utilizarse debido a importantes daños sufridos por sismos y temporales, especialmente evidenciados en su cielo falso, el cual representaba un riesgo cierto para los espectadores.
Fue tal la expectativa que la sala se llenó de gente que aplaudió la historia y las actuaciones y demostraron interés al momento de charlar con los actores una vez finalizada la función.
Graciela Cony, Anisa Manzur, Silvia Álvarez, Carlos Ferreyra, Fabian Zerdá, y Alejandro Mariño componen el elenco actoral del TIM, que en la incursión chilena se completa con Juan Andrés Galli como técnico de luces; Sebastián Reynoso en el sonido, Roberto Tessi en la escenografía y Adriana Bazzano como directora.
Tras la emotiva presentación en Freirina, el grupo villamercedino regresó a Copiapó para dar las funciones programadas en la grilla del festival. La primera fue el jueves pasado a las 20 en la sala de Cámara del encuentro, en una función que se hizo en conjunto con el grupo mexicano "Abordo teatro", que presentó la obra "Niñas de la guerra".
Al día siguiente, el TIM subió con la obra de Roberto Cossa, en el horario central en la sede de la Plaza de Armas. También hubo aplausos por parte de los espectadores.
Tras esas funciones, la delegación puntana emprendió el viaje de regreso para seguir cumpliendo obligaciones en la temporada teatral de la provincia.
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