La música puede producir distintos estímulos en el cerebro de una persona. Felicidad, tristeza, relajación, enojo y otros tantos sentimientos que se transmiten mientras se escucha una canción. Los alumnos de sexto grado de la Escuela Nº 427 “Provincia de Córdoba” realizaron para la Feria de Ciencias el proyecto “Al compás de mi cerebro”, donde la idea fue mostrarle a la comunidad lo que pasa cuando una melodía suena en la cabeza.
Los chicos pasaron la instancia escolar, regional y en noviembre, Córdoba los espera para la etapa nacional. A cargo de la docente Roxana Pérez, trabajaron con distintas actividades para conocer lo que la música produce.
Los alumnos contaron que en la asignatura aprendieron los sonidos, cómo se combinan, cómo se arma una melodía y las partituras. El tema les interesó a todos y comenzaron a investigar. A partir de los resultados, decidieron presentarse en la etapa escolar de la Feria de Ciencias. Con mucho compromiso transitaron las distintas etapas, hasta llegar a la nacional.
Desde principio de año la escuela implementó poner en horas de clases música funcional. Agustín Sarria contó que muchos pudieron tranquilizarse y prestar atención; a otros, en cambio, los distraía.
La investigación abarcó no sólo a la comunidad educativa, sino también a la gente que no participa de las actividades escolares. Observaron que la música produce diferentes sentimientos en los seres humanos. Ana Paula Correa explicó: “Nos preguntamos por qué algunas canciones nos gustaba más que otras y resultó que es por la hormona dopamina que genera distintos estados de ánimo”. Para hacerlo más interesante realizaron encuestas dentro y fuera de la escuela. Los resultados fueron que la gran mayoría de los encuestados no están enterados de los beneficios.
La docente convocó a distintos colegas para ayudar a los niños a resolver sus inquietudes. Una profesora de yoga les enseñó que la música sirve para relajar, soñar, cambiar el humor y prestar atención. También contactaron a la licenciada Romina Smulever para informarlos sobre la historia y los distintos tipos géneros que existen.
La próxima actividad fue informarse y buscar respuestas para comprobar lo que se investigaba. Así fue que visitaron la Escuela de Bellas Artes “Nicolás Antonio de San Luis” donde descubrieron cómo el sonido llega al oído. “Tenemos tres huesitos que sirven para que el sonido llegue al oído. Si yo golpeo la mesa hace un sonido, se transmite por el aire y llega al oído receptor. Los tres huesitos son el yunque, el estribo y el martillo. Cuando el sonido llega empiezan a vibrar y lo transmite al cerebro”, expresó Bruno Properzi.
Nicolás Agüero comentó que realizaron una hipótesis que explica cómo la música, al formar parte de la vida de los seres humanos, sirve para el desarrollo del cerebro durante la infancia. “Además cuando visitamos la Escuela de Arte aprendimos que si a las plantas les ponemos música clásica las ayudamos a crecer, en cambio si les ponemos rock se marchitan”.
La docente remarcó que se trabajaron con varias propuestas y expresó: "Queremos que en la escuela se escuche en todas las áreas. Buscamos que la gente sepa que la música hace bien".
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