Pasaron 22 años desde que los 5 miembros de Aerosmith visitaron Córdoba con su gira “Get a Grip Tour” en noviembre de 1994, y después de 15 discos oficiales, 4 Grammys, 12 MTV Video Music Awards y recorrer el mundo en 46 años de carrera, el quinteto integrado por Steven Tyler, Joe Perry, Brad Whitford, Tom Hamilton y Joey Kramer decidieron colgar la guitarra y dar su gira final, el “Rock n’ Roll Rumble Tour” en la cancha del Instituto Atlético Central Córdoba, el miércoles y el sábado en el estadio Único de La Plata, con idénticas listas de temas. Y si se trata de números, la capacidad superó las 20000 almas que pisaron el césped del estadio de La Gloria cordobesa. Aún así, serán sexagenarios pero sus energías están intactas.
Desde las pantallas invitaban a subir fotos y videos a los sitios oficiales del grupo.
Pasó el mal tiempo y no hubo controversias climáticas, ni viento ni calor, la única tormenta venía de arriba del escenario y fueron “los chicos malos de Boston” los responsables del desorden popular en el campo.
El mítico grupo liderado por Tyler comenzó con Back in the Saddle y Love in an Elevator y la cancha explotó, para bajar un poco las ansiedades apelaron a las baladas, con Cryin’, Jaded y Crazy, donde el vocalista bocón se colgó en un grito y después le tiró la armónica a un fan.
Con estribillos hit poperos para armar un verdadero rock de estadios, en el que todos participan, tengan el rango vocal que tengan.
La lista de temas, efectiva y por todos conocida, levantaba la temperatura a fuego lento, con rockitos efectivos y poderosas baladas, hasta que el hard rock furioso de Dude (looks like a lady) despertó el infierno, sólo como un tema tal podía lograrlo.
Don Tyler alardeó con sus característicos chillidos y rápidamente empezó con sus espasmódicos pasitos de baile y su inseparable pie de micrófono con pañuelos colgantes,
Con look gitano, pantalones rotos, cabellos desordenados y sombreros, pañuelos, aros grandes, pulseras y anillos, la dupla Tyler/Perry, espalda a espalda, jugaba como en los viejos tiempos, cuando era conocida como los “Toxic Twins”.
En uno de los amplificadores de “Mister Joe Fuckin’ Perry”, esos en los que jugó en los solos de guitarra de Rats in the Cellar y Same Old Song and Dance, había una foto de Johnny Rotten, el cantante de los Sex Pistols. Eso, la actitud en escena y su ropa demuestran que el tiempo no pasa para los rockeros. Eso sí, los bigotitos a lo Cantinflas son muy raros.
“Cóurdoba: you're so fucking cool” elogiaba el cantante a su público, “muchas gracias” intentó en castellano. Los Joe hicieron lo suyo en Living on the Edge y Rag Doll, Kramer desde el bombo y el solo de Perry contra los bafles. Protegido por una pared de parlantes Marshalls que daban miedo de sólo verlos, escucharlos atronar fue otra historia: un golpe en el pecho de los que estaban en los primeros puestos del escenario.
En la mitad de la semana, se vieron empleados de traje o uniformes laborales mezclados entre jeans y camperas de cuero.
Y el recambio de generaciones, adultos que de jóvenes disfrutaron del grupo y ahora pasan la antorcha a sus hijos, para quienes este tour fue debut y despedida.
“¿Quieren más?” preguntó el cantante antes de Dude, en pantalla con ellos en formato comic.
Encendidos, hubo duelos de guitarras en Rats in the cellar, Last Child y Train Kept A-Rollin’, uno de los tres covers -que ya son propios- con Come Together de los Beatles, y Stop Messin’ Around de Fleetwood Mac, “¡fuerte!” pidió el cantante en los coros.
En Stop Messin’ reprodujeron en pantalla un paseo de Joe por la Plaza San Martin local, bebiendo café para cederle a Buck Johnson el tecladista sesionista una dosis de teclas souleras. Suyo fue el piano para la lenta “I Don’t Want To Miss a Thing” después que Tyler preguntara “are you in love, mi amore?”.
Las baladas fueron el punto fuerte con decenas de miles de celulares en acción. Lo increíble fue el protagonismo propio de algunos fans, que se grababan cantando la canción teniendo al autor a menos de dos metros.
Antes de Walk This Way agradecieron la entrega de la Llave de la Ciudad cordobesa, y el final los tuvo al piano en Dream On y la despedida a base de bajo profundo de Hamilton en Sweet Emotion, tras la demagogia nacionalista de Tyler abrigado en la bandera y Perry con la casaca 10 de Messi, se despidieron bajo una lluvia de papelitos y la dulce emoción desbordada de la cancha entera.
Con estos shows, Aerosmith dijo "adiós" a una carrera plagada de éxitos, caídas y esos ascensos tan rockstars que hacen que cualquier triunfo sea memorable. Se los va a extrañar.
De buena calidad mediterránea
La feligresía llegaba a raudales. Los colectivos que iban a Alta Córdoba estaban cargados y a pesar de estar ubicado en una zona céntrica, la cancha de Instituto era como una Nueva Roma, todos los caminos llevaban a “La Gloria”, donde los puntuales disfrutaron de dos power tríos cordobeses, 3 de Copas y Eruca Sativa.
La banda de Jesús María salió al ruedo para matar la ansiedad de los primeros asistentes, unos rocanroles potentes afianzados en la guitarra del líder, Ariel Vilche, por algo su último cd instrumental se llama “Metiendo púa”.
Siguieron sus coterráneos, los Eruca Sativa (que el sábado que viene se presentarán en el Boliche Don Miranda) con un set preciso y sin concesiones, en una hora condensó lo mejor que tuvo para ganarse a un público que pedía por otra banda y convenció.
Consagrados en su tierra, a Lula Bertoldi, Brenda Martín y Gaby Pedernera les pidieron bises y se despidieron desde la pasarela. Palo y a la bolsa y que los técnicos le preparen el escenario a las visitas.
La banda estadounidense también se presentó puntual, pero esa es otra historia.


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