Juegos, compus e innovación, los atractivos de la Corazón Victoria

Con una colchoneta en el piso como pupitre y una netbook en lugar de cuaderno, 'Chavito', tal como le dicen sus amiguitos, navega por internet en busca de datos para completar sus tareas. Recostado boca abajo, comodísimo, entre búsqueda y búsqueda pispea el videojuego que tiene abierto. Al final, el cartel de 'Game Over' lo devuelve a sus ejercicios y a las consultas con su maestra. A pocos metros, sentados sobre unos mullidos sillones, sus compañeros se ayudan para completar un práctico de geografía. Cientos de lápices de colores giran sobre la mesa. Las risas abundan, las sonrisas sobran. De fondo suena una pelota de básquet picar y picar. Así es una mañana en la primera escuela generativa de San Luis y del país. Se trata de la Corazón Victoria, el centro educativo que conjuga innovación, tareas, compus y muchos juegos.

Según sus docentes, el gran atractivo para que, desde el 28 de setiembre, el día de su puesta en marcha, ningún chico haya faltado todavía. Es que, a juzgar por el entusiasmo de los pibes, ir a la Corazón Victoria significa entrar en contacto no sólo con lo que les gusta, también con aquello que sienten atractivo: en lo estrictamente educativo, a la hora de aprender las distintas materias, utilizan un tema que los atrae como disparador. Y a partir de esa incógnita a develar, la analizan en tareas de matemática, tecnología, lengua, geografía, ciencias sociales y formación ética y ciudadana.

También, según el tema que los chicos eligen ver, entran la física y química. Las asignaturas llegan al niño o adolescente entrelazadas. Los ítems que funcionan como disparadores pueden ser la vida de un futbolista, las canciones de un músico, una película, un fenómeno climático, un hecho histórico o dramático. Los chicos preguntan y acuerdan entre sí por dónde empezar, luego los docentes trazan el camino.

"Notamos muchísimo entusiasmo. Lo que más nos sorprende es el presentismo. Los chicos no han faltado a clase todavía. Pensamos que se debe a la motivación que encontraron aquí. Nosotros y los docentes coordinadores tratamos de estimularlos y ellos encuentran distintos disparadores para desarrollar ejercicios en las diferentes materias. Nosotros abrimos las puertas a las 8:30 hasta las 12:30, pero no tenemos una rigidez absoluta en cuanto a los horarios.  Igual, los niños están antes en la puerta. Por la tarde todo es netamente deportivo. Ellos vienen al club a practicar sus deportes favoritos", contó Mabel Domínguez, a cargo de la Corazón Victoria.

A la primer escuela generativa asisten 120 chicos desde los 8 años en adelante. Los requisitos básicos es que ya sepan leer, escribir y manejen las cuatro operaciones básicas de matemáticas. 

En la Corazón Victoria no hay aulas. No existen. Tampoco los pasillos ni la dirección o preceptoría. Todo está en un gran salón de usos múltilples, que no es otro que la renovada cancha de básquet del club. Entre las esquinas, el mediocampo y las "zonas pintadas" están distribuidas las banquetas, sillas, mesas y colchonetas que utilizan alumnos y maestros.

Cuando llega el momento de aprender, los grupos se dividen por niveles y edades. Los docentes coordinadores no trabajan con más de 20 chicos, lo que permite un seguimiento permanente del alumno. 

Los alumnos, con el correr de las horas, van rotando de clase en clase, en un ámbito totalmente descontracturado. 

Las materias que ven en la Corazón Victoria están organizadas según el docente coordinador: contenidos científicos-tecnológicos (matemática, física, química y tecnología), sociolingüísticos (ciencias sociales, formación ética y ciudadana, lengua e historia), artísticos (teatro, música, dibujo, pintura, manualidades, danza, expresión corporal) y deportivos (fútbol, básquet, vóley, handbol, hockey y gimnasia).

A la hora de evaluar el desempeño de los estudiantes, la escuela le brinda a cada chico un ficha personal en la que cada docente rubrica los avances del niño. Si hay contenidos que no fueron asimilados, el alumno con el docente vuelven a repasarlos hasta comprobar que el ejercicio, tema o ítem fue aprendido.

"Trabajamos por proyectos. Las clases están articuladas sobre ese mismo proyecto. Por ejemplo los chicos quisieron aprender sobre la  diversidad cultural. Entonces tomamos el tema desde la llegada de Colón a América. Analizamos las culturas preexistentes, estudiamos sus costumbres, cómo vestían, lo que comían, cómo conseguían sus alimentos, de qué forma estaba compuesto nuestro continente en esa época. Los océanos, las tribus argentinas, tocamos el tema de las fronteras, los límites naturales, artificiales y de esa manera fueron aprendiendo aspectos de la diversidad de las culturas. Desencadenamos todas las materias en base a un punto de partida", expresó la docente Belén Fernández.

"Pero también los dejamos crear. Para nosotros es muy importante la creatividad. No todo es ver conocimientos, sino también jugar y entretenerse aprendiendo. Notamos a los chicos muy motivados, responden de manera muy favorable. Ellos nos proponen qué temas quieren aprender, nos cuentan sus interrogantes. Todos los días nos plantean nuevas cosas que quieren saber. Además se adaptaron muy rápido a trabajar en un ámbito descontracturado y es sorprendente lo rápido que procesan la información", añadió Belén. 

La docente también se refirió al sistema de evaluación. "Nosotros tenemos un concepto de evaluación amigable. No creemos en eso de medir el conocimiento, sino en establecer un seguimiento del alumno para que incorporen lo que les proponemos y lo que tienen que cumplir al finalizar un proyecto, un plazo. Nuestra tarea es seguir día a día, observar cómo están asimilando e incorporando los conocimientos. Nuestra metodología es como un espiral en el que revisamos si aprendieron, si tomaron los conocimientos o no". remarcó Fernández. 

¡Todos a jugar!
Pero no todo son números, ciencias sociales y lecturas en la Corazón Victoria. También hay mucho espacio para que los chicos jueguen, charlen y lean sobre lo que les gusta. Y pasan mucho tiempo con sus compus. Mientras varias niñas miran videos y ríen sin parar, en la cancha la pelota de básquet no tiene descanso: en un alto en sus tareas las docentes permitieron un partido y una vez terminado, volvieron a sus banquetas.

En las mesas restantes no hay inconvenientes con el ruido, tampoco signos de distracción. La atención está puesta en los apuntes, las computadoras o en las explicaciones de las profes. 

"Son adorables. Ellos nos contagian el entusiasmo porque llegan con muchas ganas de aprender. Los veo muy felices y eso hace todo mucho más fácil. No hay problemas de concentración, cuando comenzamos a desarrollar un tema que les gusta, toda la atención está puesta en eso que piden aprender. Y lo vamos desarrollando por materia y área. Las ganas que tienen de venir a la escuela se nota en el empeño que ponen", contó Nadia Schmid, maestra del nivel primario.

"La parte pedagógica la vemos a la mañana y todo el deporte se practica por la tarde. Estamos muy felices porque cumplimos un mes y el cariño de los chicos y el amor por su escuela es enorme. También es clave sentir el respaldo de los padres", opinó Domínguez.

Va llegando el mediodía y los estudiantes comienzan a guardar sus cosas en sus mochilas. Entre todos ordenan y la gigantesca aula vuelve a ser una cancha. La misma que servirá como escenario de los partidos que jugarán en un rato. Porque la Corazón Victoria es eso: mezcla de aprendizaje y juegos.  

Michael Moore y el gran secreto finlandés 

Es muy simple de encontrar. Sólo basta con escribir su nombre en el buscador de Youtube y agregarle Finlandia para que el sitio web de videos más importante del planeta ofrezca el corto que realizó Michael Moore, el prestigioso realizador y documentalista estadounidense sobre la mejor educación del mundo: el sistema educativo finlandes. El trabajo dura poco más de 10 minutos y el escritor y cineasta se pone en el rol de periodista de investigación y entrevista a funcionarios, docentes, padres y alumnos finlandeses que cuentan su experiencia y el gran secreto de su país para despegar de entre los menos eficientes en materia educacional en el más efectivo de todos. 

En el corto, Krista Kiuru, ministra de Educación de Finlandia, le cuenta a Moore su fórmula mágica y el norteamericano queda atónito: "Los estudiantes de Finlandia no tienen tarea. Deben tener más tiempo para ser niños". El nocaut del entrevistador es total. La misma confusión sintió durante la charla con cinco estudiantes de secundaria. Ellos hacían entre 10 y 20 minutos de tarea. Uno de ellos, jamás hacía tarea. Pero luego contaron que hablaban entre 3 y 5 idiomas cada uno. La explicación del vuelco que experimentó Finlandia llegó de la mano de un docente. "Los niños, después de clases, tienen muchas cosas que hacer como estar juntos, con su familia, hacer deportes, música, leer", contó un maestro.

Luego, una docente de 1er grado explica por qué, si el niño quiere ir a trepar un árbol al patio, se lo permiten. "Claro que puede hacerlo. Aprenden a treparlo. Pero cuando lo hacen pueden ver insectos y cuando llegan a clase preguntan y quieren saber sobre ellos. Vienen al otro día a contarme lo que descubrieron", remarca para agregar luego que la carga horaria de los niños no supera las 20 horas semanales, aún contando los 60 minutos que se toman, de lunes a viernes, para almorzar. "Tratamos de enseñarles a pensar por sí mismos. Y ser parte importante de lo que aprenden. A respetar a otros y a sí mismos. A ser felices", cuenta otro profesor en una improvisada reunión de maestros antes la cámara de Moore.
Las escuelas generativas que impulsa el Estado puntano se asemejan bastante al sistema finlandés.