Noviembre es el mes propicio para empezar con la siembra de maní. También el momento resulta oportuno para ejercer los controles que indica el decreto de reglamentación, que está vigente desde 2011 y que busca mantener la sustentabilidad de los suelos puntanos, evitando las malas prácticas agrícolas. Estiman que para la campaña 2016/2017 habrá 15 mil hectáreas sembradas en San Luis, una cifra que representa más del doble que la del año anterior.
Suelos erosionados, antecedentes de repetición en los cultivos o pendientes inadecuadas son algunos de los impedimentos que puede tener un lote y que no permiten una buena implantación de maní. Uno de los asesores que tiene el Ministerio de Medio Ambiente, Campo y Producción, Emiliano Colazo, le explicó a El Diario las tareas que deben tenerse en cuenta para cuidar los suelos arenosos del Departamento Pedernera, donde se concentra el cultivo. “Los productores tienen que presentar un proyecto 15 días antes de empezar la siembra. Básicamente ese informe debe contener las características del campo y el manejo de suelos que se va a hacer. Además se les pedirá un cultivo de cobertura, que puede ser avena, centeno o trigo. Por último se solicitará la documentación del dueño y la firma de un profesional colegiado”.
“La particularidad del cultivo es que el fruto que produce se forma y madura bajo tierra. Es decir que para la cosecha se precisa dar vuelta la tierra. Ese proceso la deja sin cobertura y rompe su estructura. A esto se le suma una superficie arenosa, que sobre todo en invierno con los fuertes vientos de la zona aumenta los riesgos de erosión eólica“, dijo el especialista, quien advirtió que en la provincia ya hay antecedentes de este tipo, producto del mal manejo del maní.
El clima es propicio para el cultivo, por eso el ingeniero explicó que “las empresas productoras vienen a la provincia porque saben que acá tienen rindes aceptables, sobre todo en la zona que comprende Villa Mercedes y Justo Daract, con precipitaciones que rondan los 600 milímetros o más, con suelos arenosos que aseguran la calidad del maní, con cáscara limpia y buen tamaño. Además la zona productora por excelencia, que es Córdoba, ha perdido superficie cultivable por dos motivos: muchos campos inundados y productores que por los precios se han pasado al cultivo de soja”.
En estos momentos, los técnicos evalúan 30 proyectos presentados. Estiman que pueden llegar a sumarse otros productores que están pensando en el maní, que en su mayoría se exporta. “Luego del análisis se procederá a la inspección de los lotes, que se hace en dos etapas, para contrastarlos con los informes. La segunda visita se hará cuando el cultivo ya esté en marcha”, advirtió Colazo.
El técnico en suelos dijo que para la campaña que viene habrá más productores encargados de sembrar el cultivo. “Se sumaron campos y un productor nuevo. Generalmente se trata de cuatro o cinco empresas que manejan todo el proceso, desde la producción a la comercialización. Este año habrá una nueva empresa”.
“Ningún cultivo es malo si se hace a conciencia, es decir con el uso de las buenas prácticas de manejo de suelos y cultivos”, concluyó Colazo. Por su parte, Carlos Larrusse, uno de los funcionarios del Programa de Producción Agropecuaria y Arraigo Rural, dijo: “Éste es el momento en el que comenzamos a recordarles a los productores que existe una normativa que es preciso cumplir y que redunda en beneficios para todos los habitantes de San Luis”.
Recordó que el promedio histórico fue en la campaña 2010/2011, “donde se llegó a las 14.700 hectáreas cultivadas. Desde aquella vez fue en decadencia, hasta hoy, cuando creemos pasará de las 8.000 de 2015 a casi el doble de hectáreas de maní”.
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