Una tristeza justa: Néstor Basurto en "Los Cedros”

La inauguración del Patio de las Lunas, del complejo Los Cedros, que fue también la apertura de la temporada estival, tuvo a Néstor Basurto como invitado de lujo y musicalizador sincero. La agradable noche de Estancia Grande se completó con la guitarra lacrimógena del autor y la predisposición de un público ameno, dispuesto a escucharlo.

Según dijo el propio guitarrista, esa característica es la única exigencia hacia el oyente que asiste a sus conciertos. En efecto, Basurto es un instrumentista exquisito, para disfrutar con los ojos cerrados y la atención puesta en las armonías que consigue con sus dedos prodigiosos.

Además de eso, Néstor es otras cosas: un porteño que ama a Cuyo en algunos casos con más sentido de pertenencia que los propios cuyanos; un apasionado de la música; un hombre de voz prolija pese a que las trasnochadas mendocinas previas a su paso por San Luis le pasaron factura en el recital y un sabio generoso.

Esa última característica quedó demostrada no sólo por la charla que dio el sábado a la mañana en el auditorio de El Diario de la República, sino además porque en su concierto no dudó en invitar a subir al escenario a un puñado de amigos, sea a cantar o simplemente a pagar el cogollo con una copa de vino.

En esa segunda categoría subieron Roberto Sosa y Jorge Poblete, integrantes de Xanluisxéntricos, quienes hicieron un breve set antes del número central, y Ricardo Barbeito, amigo personal del cantante. Entre los que subieron a compartir canciones y músicas se sumaron Daniela Calderón, una joven guitarrista que gracias a sus punteos mandó a Basurto a tocar la segunda; Cecilia Lúquez, la cantante de Cuyanova que hizo una cuidada versión de “La pomeña”; Edy Fernández, una cantante pampeana, radicada en Córdoba e hija de un puntana a la que Néstor le produjo su primer disco, y María Ana Baretto -quien también tuvo su momento en solitario-, que hizo “San Juan por mi sangre”.

Pero en el rubro invitados, la mayor sorpresa llegó cuando -incentivada por el artista- subió al escenario Lilia Novillo, la integrante del Superior Tribunal de Justicia, para interpretar una sentida “Flor de lino”.

Para el final, astuto, el visitante se guardó las creaciones propias que mejor le sientan al puntano. La indispensable “Febrero en San Luis”, la olvidada “Tres novias” y la entrañable “Hoy florece mi esperanza” cerraron una noche que mezcló, con extrañeza, la nostalgia y la alegría.