Quien disfrutó alguna vez de un capítulo de radio teatro podrá recordar la emoción y lo atrapante que puede resultar una historia bien contada, con tonos y matices que ponen en movimiento a la más aletargada imaginación, y tal vez pueda comprender que no hace falta ver para poder disfrutar de la lectura. Algo que supo interpretar el Municipio de Juana Koslay, que tomó la iniciativa de incorporar las grandes obras de la literatura en formato de audiolibros a la “Biblioteca Pública tenor Daniel Fernández”. Una nueva herramienta digital que combina el derecho a la educación e integración con la innovación tecnológica y puede ser consultada por el público en general.
“Es otra alternativa para que la comunidad acceda a la lectura, especialmente las personas que tienen alguna discapacidad visual”, comentó Pablo Cruceño, a cargo de la biblioteca tenor Daniel Fernández.
El archivo incluye desde cuentos clásicos para niños como “Caperucita Roja”, “Pinocho” y “El gato con botas” o sagas populares como “Harry Potter”, hasta novelas emblemáticas como “Martín Fierro”, “Crónica de una muerte anunciada”, “Amo y Servidor” y del ruso León Tolstoi, entre muchos otros títulos y autores.
Cruceño también destacó que se trata de la primera “audioteca” municipal de la provincia y que los usuarios pueden acceder a los libros en las instalaciones de la biblioteca, a través de las computadoras públicas, o a diferencia de los libros materiales, podrán llevarse una copia a su casa o solicitarlos vía mail para poder sumergirse en la lectura cada vez que lo deseen.
La propuesta fue puesta en marcha el miércoles, y cuenta con el apoyo de la Asociación de Integración San Luis, el Instituto Sawá de Juana Koslay y la sede provincial de la Asociación de Retinosis Pigmentaria, Disminuidos Visuales y Ciegos.
“Es una herramienta maravillosa en una etapa de exploración natural como es la niñez, que puede ser explotada tanto por los no videntes como por los hipoacúsicos, ya que viene con un soporte técnico que permite visualizar la lectura que va emitiendo el locutor”, explicó Rosana Andrada, presidenta de la Asociación Integración San Luis.
Andrada también señaló que es ideal para implementarlo en los inicios de la formación ya que le permite al docente trabajar en un mismo nivel de enseñanza, ya que los pequeños aún no están familiarizados con el sistema braille.
“Qué niño no escucha un cuento”, acentuó y agregó la importancia que tiene la participación en una sala de jardín para todo el grupo, porque asegura el derecho a la inclusión en la comunidad y en la sociedad en general.
"Esta iniciativa es un puntapié que puede traer muchos beneficios a todas las personas", manifestó Ariel Sosa, representante provincial de la Asociación Argentina de Retinosis Pigmentaria, Disminuidos Visuales y Ciegos.
Sosa opinó que se abre un abanico de posibilidades que van desde el aprendizaje en diversas materias, hasta la posibilidad de desarrollarse en un oficio. Afirmó que cerca del noventa por ciento del archivo histórico de obras literarias está en ese formato de lectura.
"Si se acierta con la forma de implementarlo puede representar un cambio en la forma de integración social, hay pocas bibliotecas de este tipo en el país", afirmó.
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