SAN LUIS - Miércoles 22 de Mayo de 2024

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Caso Romina: las claves de la investigación que llevaron a Lorenzetti a la cárcel

Por redacción
| 13 de marzo de 2016
Viudo y sospechoso. Diego Lorenzetti fue detenido treinta días después del crimen de su mujer.

Cuando recién comenzaba la investigación del asesinato de su esposa, Romina Aguilar, una fuente de la investigación le dijo al intendente de La Calera, Diego Lorenzetti, que él era la punta del ovillo. En poco más de un mes, tirando de ese hilo, la jueza Penal Nº 3 de San Luis, Virginia Palacios, y los efectivos de la división Homicidios de San Luis comprobaron paulatinamente que, en realidad, no había fibra del crimen que no estuviera conectada a él. En los fundamentos de la resolución que emitió el viernes, en la que procesó al viudo con prisión preventiva por homicidio calificado por el vínculo, por mediar promesa remuneratoria y por el uso de arma de fuego, la magistrado desgranó en quince ítems las pruebas que lo sindican como autor intelectual del homicidio de su mujer.

 


1-Hipótesis principal:

 


Establecieron que el crimen cometido el 30 de enero entre las 6 y 6:30 fue realizado por dos personas (siendo una de ellas Edivaldo De Oliveira Pereira, un jockey brasilero que le corría los caballos al intendente), que actuaron con pleno conocimiento de los movimientos y encargado por el esposo de Aguilar, que les prometió una remuneración de 100 mil pesos por el asesinato, y que el arma con la que efectuaron los disparos era calibre 11,25.

 


2-Tareas investigativas desde la órbita policial:

 


Dos días después del hecho, un efectivo de la brigada de calle de la división Homicidios aportó información que ligaba al viudo y a dos personas, apodadas “el Brasilero” y “el Boconeta Vílchez”, con el crimen. Testimonios aseguraban que una semana antes del crimen “el Brasilero” buscaba comprar un arma calibre 11,25.

 


3- Fuentes no policiales:

 


Rodolfo Mattuz, hermano de Romina, declaró que un mecánico conocido suyo le había contado la misma versión que dio el investigador de Homicidios. “Fue ‘el Brasilero’, ‘el Bocón’ y tu cuñado”.

 


4-Intervención de De Oliveira Pereira. Sindicación de Diego Lorenzetti. Confesión. Fuerza probatoria. La declaración de “el Brasilero” precipitó la marcha de la investigación. De Oliveira Pereira dijo saber que el crimen “era un encargo del marido de Romina” y que el intermediario entre Lorenzetti y ellos había sido un primo de “el Boconeta” apodado “el Chori”.

 


5- Correlato entre hipótesis investigativa y confesión respecto de otros elementos probatorios: el arma empleada. El proyectil que los forenses hallaron en el cuerpo de la víctima, el testimonio del efectivo de Homicidios y los propios dichos de De Oliveira Pereira, que señaló que Vílchez utilizó “una 45” (11,25) corroboraron la hipótesis investigativa de base.

 


6- Correlato entre hipótesis investigativa y confesión respecto a otros elementos probatorios: el vehículo utilizado: La afirmación de que la moto usada por los sicarios pertenecía a “el Brasilero” también sirvió para reforzar la hipótesis y surgió del entrecruzamiento de cuatro elementos centrales: el secuestro de la Yamaha Cripton negra que De Oliveira Pereira había dejado en el taller de donde fue secuestrada; la declaración del mecánico, que señaló a “el Brasilero” como la persona que llevó el vehículo a su taller; la declaración de De Oliveira Pereira, que admitió que la moto es suya y que fue utilizada para cometer el crimen; el testimonio de una mujer que presenció el homicidio y que reconoció que el vehículo secuestrado es muy parecido “al que conducían las personas que asesinaron a Romina”.

 


7-Correlato entre hipótesis investigativa y confesión respecto de otros elementos probatorios: dinámica del hecho: Los dichos de “el Brasilero” sobre cómo mataron a Romina coinciden con la declaración de una testigo y de su pareja.

 


8- Vínculo directo entre Lorenzetti y De Oliveira Pereira

 


La jueza indicó que está acreditado por las declaraciones del círculo de la víctima, quienes contaron que "el Brasilero" era jinete de los caballos de carrera de Lorenzetti. “Más aún –agregó la magistrada–, la relación fue confirmada por De Oliveira Pereira cuando prestó declaración indagatoria”, y pudo corroborarse por el contenido de las comunicaciones telefónicas entre ellos, que fueron analizadas. De la interpretación de ellas, también surge la apreciación de que el vínculo, en principio, trascendía el de empleado-empleador. Es decir, había confianza entre ellos.

 


9- Maniobras preparatorias en la dirección y planificación del hecho realizadas por Lorenzetti. Encargo previo del hecho:

 


De esto se tuvo indicios a partir del intercambio de mensajes de texto entre Lorenzetti y otras personas. Para Navidad, el intendente se contactó con alguien identificado con un apodo. Le dijo que necesitaba verlo para saber si “se animaba a hacer un trabajo”. Le ofreció un sueldo mensual y también la Duster de Romina, cuyo costo estimó en 250 mil pesos, para que la vendiera o hiciera con ella lo que quisiera.

 


También le ofertó otro vehículo, una Renault Fiorino, para que “la haga laburar”. Los arreglos para que le diera un adelanto de dinero, porque tenía que buscar y pagarle a alguien que hiciera la “tarea” con él, no prosperaron. Finalmente, el hombre buscado por Lorenzetti le explicó que no estaba en San Luis, que tenía algunos problemas y que luego, cuando regresara, hablarían.

 


10- Maniobras preparatorias en la dirección y planificación realizadas por Lorenzetti- Pedido de dinero en calidad de préstamo:

 


La magistrada refirió que el propio De Oliveira Pereira expresó en su confesión que la promesa de pago eran 100 mil pesos, suma que, llamativamente, es idéntica a la que el intendente pidió en préstamo dos días antes del asesinato.

 


El prestamista, que declaró ante los investigadores, contó que ésa no era la primera vez que hacía un negocio de ese tipo con él. Recordó que la misma semana del homicidio, Lorenzetti lo llamó por teléfono, le dijo que necesitaba 100 mil pesos. Fundamentó que era para pagar un abogado y las prótesis de una chica que había sido atropellada en moto por un hermano de él que estaba en Arrecifes, Santa Fe.

 


El prestamista le dijo que no tenía esa suma, y que Lorenzetti le pidió que hiciera lo imposible por conseguirla. Le contestó que lo haría. En efecto, habló con un amigo, un comerciante de San Luis, que puso el dinero. Se encontraron, el prestamista le dio la suma y Lorenzetti le entregó cheques por el mismo valor y los papeles de su camioneta Volkswagen Amarok gris como garantía.

 


Los investigadores también le tomaron declaración a otro comerciante de San Luis a quien también le pidió que le prestara 100 mil pesos. En ese caso, la justificación fue distinta. Le aseguró que tenía un hermano en Buenos Aires que había atropellado a “una chica o dos”, y quien iban a meter preso, porque le faltaba el carné. El comerciante le respondió que no tenía el dinero.

 


Tanto el prestamista como los dos comerciantes están vinculados al mundo “tuerca”. Se estima que el intendente los conocía porque su hijo de 16 años corre en karting.

 


11- Vínculo entre Romina y Lorenzetti:

 


La jueza se valió del intercambio de los mensajes de texto entre ellos para “determinar la preexistencia de un perfil del encausado que dista mucho del que se quería hacer notar puertas afuera de la relación con Romina (…) verificándose a priori el constante reclamo por parte de esta última, la presunta existencia de episodios de violencia y el presunto conocimiento de la víctima de hechos cuya exposición pública perjudicaría a la persona de Lorenzetti, al punto tal de saberse en otro mundo”, detalló la jueza en el escrito.

 


Según se infiere, los reproches de ella son por las ausencias de Lorenzetti de la casa, por las salidas de él y por las sospechas de que tenía amantes. “Cuida lo a el q sea feliz no q vea ala madre llorando q te hace mas hombre pégale a una mujer? Sos miserable diego” (sic), le dice ella en un mensaje, poniendo en escena al hijo adolescente de ellos y, al parecer, la situación de maltrato físico del que era víctima.

 


“Donde queda l diego san ayuda ala gente si es un miserable q le pega a una mujer para sentirse hombre va ah se te puede llamar hombre” (sic), lo increpa ella.

 


“Harta q m mienstas estoy q me subestime si estas bocando separarte anda xq mañana pasa a buscar las hilachas”, (sic).

 


“Q te haces el buen marido ahí xq sabes q m hicieron una biopsia nunca te sentí cerca nunca un abrazo paj... preocupado xq otras cosas y no x mi eso es lo q mi hiciste sentir”, (sic).

 


“Q q a mi nunca un abrazo nada de eso encima hablas m das todo q es todo mas vale t corresponde nene y ojala hernan te v perdone xq ni bola le das y ya te lo dijo la otra ves”, (sic).          

 


—Llama xq nesecito decirte unas cosas para ver cómo sigue esto Ya m canse. Así no tengo ganas de seguir xq

 


—Publicalo

 


—Si no es fácil diego. y no es amenaza esto ya mw canse

 


—Publicalo

 


—Total me voy a otro mundo y nadie t va joder. eso si cuida a hernan es lo único q te pido. X q según vos el q amenaza no hace nada

 


—Publicalo

 


—Yo q vos no pensaría eso. xq q me humilles vos no lo soporto. Asiq cuida a hernan sólo eso nada mas q eso t pido

 


—Publicalo

 


—Diego ya m canse. a vos no te conviene de publique nada yo nada. X ya te dije en hasta la denuncia X golpeador tengo asiq vos fíjate. eso lo pudo subir también. Asiq vos fíjate yo q vos pienso bien. Ya me canse yo voy a quedar como víctima vos golpeador. Sabes bien q la ley apara ala mujer asiq

 


—No jugues con eso

 


Todo indica que el conflicto con su mujer adquirió tal magnitud y aspereza que ideó la forma de sacársela de encima de modo definitivo y entabló los contactos para mandarla a ejecutar.

 


Es posible que la naturaleza del problema entre ellos esté estrechamente vinculada al móvil del crimen. Para los investigadores, tenían una puja, y era por dinero, por las ganancias de una actividad oculta, muy posiblemente reñida  con la ley, en  la que el intendente intervenía.

 


Romina, según se deduce de las comunicaciones, no sólo no la desconocía, sino que era parte activa de ella. “Era una suerte de secretaria de Lorenzetti. Ella, por ejemplo, hacía los depósitos en el banco, que eran muy frecuentes y por montos como 10 mil, 15 mil, 20 mil pesos”, reveló una fuente.

 


Romina quería un lugar de paridad, y para exigirlo lo amenazaba sistemáticamente con "sacarle la careta".

 


12- Inverosímil coartada o hipótesis planteada por el imputado:

 


El intendente expresó desde el comienzo que el asesinato de su esposa era una venganza de sus enemigos políticos de La Calera. Palacios consideró en este apartado que “todas las tareas llevadas a cabo concluyeron en la insostenible versión brindada por el imputado y sobre cuya base pretendiere claramente desviar el eje de la investigación penal”.

 


Remarcó que no existe ni un solo mensaje recuperado desde su celular al que se le pueda atribuir tenor amenazante hacia su persona o familia. Afirmó que no hay constancias de la existencia de denuncias o presentaciones que el imputado haya hecho por esas intimidaciones que manifestó haber recibido. Aseveró que todos los testigos dijeron saber de las supuestas amenazas políticas sólo por los dichos de Lorenzetti, y que éstos declararon que no les constaba lo narrado por él.

 


La hipótesis cimentada por el viudo de que éste fue un crimen político “no encuentra ningún respaldo o sustento probatorio y, por el contrario, resulta una clara maniobra por parte del indagado tendiente a desviar la investigación y frustrar los fines del proceso”, consideró Palacios en el dictamen.

 


13- Conducta de Lorenzetti después del hecho:

 


Para este análisis, la magistrada recuperó los dichos de algunos testigos, que describieron el comportamiento del intendente instantes después de que ejecutaran a su esposa de dos tiros. Por caso, una vecina que auxilió a la víctima, vio a un hombre de unos 40 años con campera roja. Era Lorenzetti. Le preguntó si la conocía y él le contestó: “Sí, es mi mujer”. “No se acercó ni la tocó –narró la testigo–. Agarró su celular, marcó un número y fue como para la esquina de su casa y hablaba. Ahí nomás salió una chica corriendo, que lloraba desconsolada y el hombre de la campera roja le decía ‘ya está, ya está muerta’ (…) mientras el policía pidió una ambulancia, mientras el policía llamaba a la ambulancia, el hombre de campera roja lo único que le decía al policía es ‘no llamés más a la ambulancia, no ves que ya está muerta, no llamés a nadie, si ya la mataron (…) yo soy el intendente de La Calera, no hagan nada, ya está muerta’”.

 


Otro testigo aseguró que él y su señora vieron que Romina se movía muy despacio y que le dijeron a Lorenzetti que la cargara en un vehículo y la llevara al hospital. Él le respondió que no, que la dejaran ahí nomás, que esperaran a la ambulancia. Un tercer testigo describió el accionar del viudo en similares términos que los otros dos.

 


14- Conducta posterior-Relación amorosa: 

 


La jueza expresó que se tiene por demás probada la relación sentimental que Lorenzetti mantenía con una joven que Nogolí, que tendría 21 años. Dijo que este vínculo había iniciado antes del fallecimiento de Romina y que “se sostuvo incólume y que, más aún, pareciere haberse robustecido una vez extinguida la humanidad de la víctima”. Una vez más, las medidas referidas a teléfonos dieron cuenta de esta situación.

 


15- Conducta precedente indiciaria del perfil en la imputación endilgada:

 


Para Palacios, la planificación, ejecución y contratación de los sicarios hecha por Lorenzetti  “se ha visto corroborada como conducta que no le era extraña”. A través de mensajes de texto, hay registro de pedidos hechos a gente de su confianza para atacar a adversarios políticos de una localidad próxima.

 


Por caso, a fines de noviembre, escribió: “Hay que hacerlo renunciar a Amieva (NdP: Sergio Amieva, de Nogolí), estoy buscando unos vagos para cag… a tiros la casa a él y a la doctora Silvia”, (sic).

 


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