Algodón, el cultivo que pone a San Luis entre los elegidos

Desde hace tiempo San Luis busca alternativas productivas. De ser una provincia netamente ganadera pasó a producir granos con buenos rindes; y de ahí en más, todo pareció posible en el lugar de las oportunidades. Hace siete años que el algodón se instaló con fuerza en el norte y hoy se proyecta como un cultivo en pleno crecimiento, que podría generar agregado de valor desde varios aspectos, ayudando a generar nuevos puestos de trabajo.

El algodón se siembra en la zona de Quines-La Candelaría desde hace cinco años y va en claro ascenso.

La principal ventaja que hace que el algodón se encuentre en alza en el corredor Quines-Candelaria es el status sanitario que presenta la zona.  San Luis se encuentra libre de la plaga más temida. Se trata del picudo del algodonero que en las zonas de mayor producción, como el Chaco, destruye lotes enteros desmejorando la calidad de la fibra. Aquí no sólo se combate y previene al picudo, sino que además se ha transformado en una distribuidora de semillas de excelente calidad a todo el país.

El clima, templado y seco, es un factor determinante para llevar adelante el cultivo alternativo. En la primera etapa evolutiva la semilla deberá recibir agua, pero luego de la floración, ya es prudente para tener una producción de calidad, que no reciba más agua. Es decir, la sequía es un buen aliado del cultivo. El momento en el que necesita agua es al comienzo de la siembra, que se hace a mediados de octubre y hasta bien entrado noviembre. En el norte de la provincia el algodón tiene la ventaja de contar con riego a partir de la tecnología del pivot.

Las zonas para cultivar la fibra también deben ser libres de heladas. La revista El Campo conversó con el especialista que trabaja como asesor en algunos de los lotes productores desde hace cinco años. El ingeniero agrónomo Fernando Coccia vive al límite y viaja todo el tiempo entre las fronteras que dividen a San Luis, de Córdoba. Él realizó aportes significativos a la nota y dio a conocer su parecer en cuanto al potencial que ve en el algodón producido en San Luis. Coccia mencionó en reiteradas oportunidades las miles de ventajas con las que cuenta la provincia para generar éste y otros cultivos alternativos, sobre todo en el resurgido corredor del noroeste.

San Luis posee suelos arenosos que se muestran beneficiosos para cultivar algodón. “En las 4.000 hectáreas cultivadas, se hace rotación. Por cada campaña se siembran dos de trigo o maíz”, contó el especialista, quien comparó al algodón con la soja en cuanto a lo nocivo que es el monocultivo para el suelo.

Los productores son los primeros interesados en no contaminar el algodón en la zona. Esto los lleva a tomar diferentes recaudos, lo que les permite sostener la situación actual en cuanto a sanidad vegetal, que hace del cultivo un negocio rentable,  marcando la diferencia con el resto del país. Algunas de las medidas que se toman, tienen que ver con la higiene de las máquinas y de las herramientas de trabajo. Así como también en el traslado de la mercadería. “Los campos se encuentran rodeados con feromona, que es una sustancia química que atrae al insecto y que se coloca antes de la siembra para protegerlos de la llegada de las plagas”, contó el asesor agrónomo.

Hay otros trabajos que el especialista realiza que ayudan a la conservación del estatus sanitario, que hace que la provincia sea libre del picudo  algodonero.”Tenemos que hacer la destrucción total de la planta luego de ser cosechada. El motivo de esta tarea es evitar la propagación del picudo, que se alimenta a través de lo que queda en pie. De esta forma se descarta la instalación definitiva de la plaga durante cada campaña. Es de vital importancia realizar esta tarea ya que gracias a la situación sanitaria que vive San Luis, aquí se produce fibra de altísima calidad. Hasta me atrevería a decir que es la mejor del país”, arriesga Coccia.

“Lo que se pretende en todo momento es mantener al picudo alejado. Sostengo que así como las condiciones están dadas para cultivar algodón, lo mismo se aplica para las enfermedades que lo afectan,  como es el caso del picudo del algodonero. Otra medida es evitar el traslado a San Luis de mercadería  de la zona afectada por la plaga, que ya está muy desarrollada en el Chaco, la parte baja de Santiago del Estero y una porción de Salta”, aseveró el ingeniero, quien asesora a varios campos, entre los que se encuentra la primera explotación que le dio valor agregado a la producción de fibra y trajo a San Luis desde Paraguay una desmotadora, que aparte de haber generado mano de obra calificada y puestos de trabajo en la zona, agregó una parte del proceso a la industrialización de la provincia.

Ya se han mencionado las ventajas del cultivo y además las condiciones propicias en que la zona los recibe. Por eso que Coccia destacó el valor agregado que se le puede dar a la fibra. “Los granos como la soja, por mencionar alguno, se cosechan, se trasladan al puerto y ahí termina la cadena de comercialización. En cambio el algodón no. En San Luis ya se está haciendo el primer proceso que es el de desmotar: separar la fibra de la semilla. La de buena calidad se usa para la resiembra, aquí y en otras provincias, y la regular se usa como forraje que aporta a la alimentación de los animales un alto valor energético y buen nivel proteico. Es muy balanceado, por eso lo buscan principalmente para los tambos, porque aumenta la producción de leche de las vacas. Además el desmotado permite hilar el algodón para la venta”.

El algodón se reproduce por semilla. “Si bien se genera buena calidad de fibra, tiene un agregado que es la calidad de semilla que se alcanza para volver a sembrar. La buena fibra se traspola a una semilla que hoy es muy buscada por las principales provincias productoras”, advirtió.

“Si me preguntás cómo veo la producción en la provincia, no sólo observo que puede crecer en cuanto a la superficie cultivada por todas las ventajas que ya mencioné, sino que también es un cultivo al que es muy sencillo agregarle valor. Generar espacios locales donde se hagan otros procesos de la cadena de comercialización”, dijo Coccia, muy entusiasmado con lo que se puede hacer en el futuro inmediato.

“El año pasado fue muy político y estaba en la agenda de todos los dirigentes generar agregado de valor en los sectores productivos, y yo creo que esa es la clave de todo".  En el caso del proceso de desmotar sirve además para ahorrar costos. "Es muy caro transportar la mercadería en bruto, ocupa grandes volúmenes, en cambio si se separan los productos se achica el producido y por ende los costos en el flete bajan. Pensemos que el 55% de lo que se cosecha es semilla. Todo ese peso se evita en el flete y se comercializa en San Luis gracias a la firma Puramel que instaló la máquina en la zona", contó Coccia.

Tiempo de cosecha

Si bien en la campaña pasada no hubo inconvenientes con las inundaciones que afectaron a Quines, la producción no estuvo exenta de las altas precipitaciones. “La última cosecha, que ha sido muy húmeda, dificultó la apertura del capullo, lo que hace que no se extienda bien la fibra. Lo positivo de lo que sucedió en las dos campañas anteriores es que no hizo falta usar riego, lo que de alguna manera repercutió en un ahorro para el productor”, aseguró.

“La campaña que se viene, que se cosechará en el próximo mes de abril, tendremos un cultivo de alta calidad dependiendo de las lluvias que vengan ahora que es el momento en que la planta necesita sequía porque  empieza a florecer”, dijo el ingeniero quien además hizo hincapié en los perjuicios que la piedra puede traer al cultivo. “La piedra afecta al algodón. En los primeros momentos de la siembra puede recuperarse, aunque en su etapa final termina causándole cicatrices que pueden enfermarlo. Por supuesto, esto repercutirá en la calidad y en los rendimientos”, concluyó.