Lo que surge de las escuchas telefónicas y del entrecruzamiento de llamadas ordenados por la jueza Virginia Palacios es la prueba fundamental que justifica la decisión de la magistrada de detener e imputar al intendente de La Calera, Diego Lorenzetti, por el asesinato por encargo de su esposa, Romina Aguilar, sostuvo ayer el fiscal de la causa, Esteban Roche.
El funcionario de la Procuración no quiso revelar cuál habría sido la motivación del viudo, pero aseguró que comparte con la jueza la idea de que tuvo “un móvil específico”. Eso se desprende, dijo, de la transcripción de mensajes de texto entre los integrantes de la pareja, rota de manera definitiva la mañana del sábado 30 de enero, cuando la joven de 32 años fue ejecutada de dos balazos en la puerta de su casa, en el barrio Faecap de San Luis.
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