"Cadena Perpetua" en San Luis: alaridos presidiarios para combatir el frío letal

La postergada llegada de “Cadena Perpetua” parecía frustrada nuevamente por el clima, pero el calor del público pudo más. A pesar de ser domingo y sufrir un frío fatal, los integrantes de la banda bonaerense no tuvieron más opción que darle volumen a su música para meterle calor a una noche helada, sólo en los términos meteorológicos.
Los “Cadena…” no perdieron la esperanza porque tienen la receta: acordes afilados sostenidos a puro palo limpio en los parches, empujados con firmeza en unas cuatro cuerdas graves que marcaron el paso en la pista. Y con un repertorio conocido por todos, que invitó a  saltar sin parar para matar el frescor.
Nadie en Panacea se enteró que afuera la temperatura no llegaba a los 10 grados cuando Hernán “Vala” Valente en guitarra y voz, salió al cruce vestido con chupín negro, una remera de “Social Distortion” y toda la actitud.
Comenzaron con “Los miserables”, “Buscando salidas” y “Ángel”, y si afuera la llovizna obligaba a entrar sin esperar ni dudar, adentro la transpiración en las paredes pedían abrir la puerta para refrescar.
Había una bandera negra con el logo detrás del baterista Damián “Chino” Biscotti, un tipo que sabe de mantener el ritmo arriba, ya que oficia de disc jockey cuando no toca con su grupo.
Inhabilitado el frente debido al vallado protector, que se balanceó cada vez que había embates físicos, con los arrebatos propios pero sin desbordes, hubo cuernitos en alto y pechones adelante. Todo valía para llegar a gritarles los coros en la cara a los músicos. Si tanto tardaron en volver, “¿Por qué parar?”, como dice el título de la canción del disco “Malas Costumbres”.
“Vala” tenía la vena colorada en la garganta como si el micrófono no funcionara. A todo pulmón sonaron “Culpables”, “From hell” y “N.N.” como parte del repaso. 
Los celulares que grabaron el show eran como el ensayo de un sismo, porque nadie estaba quieto en esa posición.
Las remeras fueron trapos alzados: había camisetas de River y Boca, de Juventud, Estudiantes y de la Selección. Todas en el aire, revoleadas por amor al punk rock y al equipo en cuestión.
Varias volaron al escenario y  los músicos las mostraron y agradecieron. “Fueron 5 años sin venir, pero parece que fue ayer”, comentó Valente contento. 
Todavía paseaban por Panacea Jerónimo Samper y los hermanos Fernández; Lucas, Tomás y Sofía, del grupo “Réquiem”, que abrieron temprano la jornada, con una seguidilla de clásicos, como una poderosa “Eleanor Rigby” beatlesca, “Are you gonna be my girl” de Jet, y la más fuerte influencia del combo local, Led Zeppelin, con “Black dog” y “Rock ‘n roll” al final. También tocaron las composiciones propias, como “A punto de caer” cantada por Lucas, y el resto por la vocalista Sofía, “Detrás”, “Hasta vos” y “Amanecer”.
Ellos y el resto de la concurrencia coreaban “Cadena, es un sentimiento!” como en la tribuna de la popular. “Gracias por el aguante”, dijo emocionado “Vala”, que brindaba con botellita de agua.
El cierre tuvo un tridente contundente, “Fiel soledad”, “Dispara” y “Sobrevivir”, con el “Chino” que hacía firuletes en sus dedos con las baquetas.
Al finalizar, los miembros de la banda se sacaron fotos y firmaron varios de los discos que sus fans compraron en la mesa de merchandising oficial.