A mi hija le encanta bailar todo tipo de danza, especialmente la árabe. Como terminó la primaria, este año decidimos mandarla a la "Nicolás Antonio de San Luis". Le iba muy bien en todo y estaba muy feliz, pero lamentablemente duró menos de dos meses. Desde el comienzo, unas chicas la empezaron a molestar. Le decían que era una nena linda de plata porque vivimos en Potrero”, contó Horacio Morales. Aseguró que cambió a su hija de colegio, luego de que la amenazaran con un cuchillo. Y que por el mismo motivo, efectuó la denuncia en la Comisaría del Menor. Según él, la escuela no aplicó medidas para evitar otros ataques.
El episodio del cuchillo ocurrió el jueves 21 de abril, cuando la hija de Horacio salía de un taller de arte a las 18:30. Dos compañeras comenzaron a insultarla cuando la vieron en la parada de colectivo. La chica les respondió que ella no les había hecho nada y las otras que ella “se hacía la linda” porque tenía plata. Todo empeoró cuando le mostraron el arma. “Mi hija se asustó y salió corriendo. Cruzó la Avenida del Fundador sin mirar y con el riesgo de que la pisara un auto. Llegó a mi casa llorando”, contó. Al otro día, la chica, que tiene 11 años, no quiso ir a la escuela. Su papá hizo la denuncia en la Comisaría del Menor. En esos días se enteró de que a otra alumna le había pasado algo similar. Las mismas agresoras la habían golpeado porque vive en Potrero y la consideran “de plata”. Sus familiares también efectuaron la denuncia.
“Después de ir a la comisaría fui al Ministerio de Educación, para contar lo que había pasado y de allí a hablar con Ángela Toledo, la directora. Ella me dijo que sabían de los dos casos y que habían suspendido a una de las agresoras. También que iban a hablar con las alumnas y con los padres en una mediación. Para que no pasara los mismo, me comentó que alumnos de los últimos años podían comenzar a acompañar a mi hija a la parada. Inmediatamente, le pedí el pase y cambié a mi hija a la "Eriberto Mendoza", acá en Potrero”, expuso.
El Diario de la República habló con Toledo, que se mostró contrariada por las versiones. Expuso que el incidente del cuchillo aún no quedaba claro, porque como todo fue a la salida, nadie vio nada. Cuando fue consultada por la otra niña agredida (sigue asistiendo al colegio) argumentó que no puede dar explicaciones cuando hay menores involucrados. “Todo esto se tendría que haber tratado primero en la escuela, no en otros ámbitos. El padre no tiene por qué hacer la denuncia en el ministerio, menos ir a los medios. Como es nuevo, no sabe que nosotros llamamos a los familiares y a las alumnas al diálogo”, afirmó, y agregó que ya están trabajando con el Programa Juntos del Ministerio de Educación.
Lo que no dijo Toledo, es que la escuela no logra ubicar a la niña agresora que está en suspendida y que todavía no vuelve al colegio. La dirección del legajo y el teléfono que dejaron al realizar la inscripción no concuerdan. Así lo informaron en el ministerio.
“Cuando Morales vino al ministerio nos dijo que ya había cambiado a su hija de escuela, el personal del área le expuso que eso no era necesario, siempre se busca una instancia de diálogo antes. El ministerio ya aplicó las acciones correspondientes y la escuela cuenta con un asesor pedagógico”, apuntó Carolina Sosa del Programa Juntos.
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