Intensificar, controlar y evitar. Ese parece el trinomio perfecto para las municipalidades de San Luis y Juana Koslay que decidieron intensificar los controles nocturnos tras lo ocurrido en Buenos Aires con la fiesta electrónica Time Warp.
Los funcionarios de las intendencias explicaron que los inspectores pueden ingresar a los lugares nocturnos para constatar que estén habilitados y que cumplan con las normas de seguridad: tener matafuegos, desinfección, salidas de emergencias señalizadas, baños en condiciones y que la capacidad esté acorde a la cantidad de personas, controlar la taquilla y que los menores no consuman alcohol.
“Con respecto a la droga, lo podemos constatar aunque no tenemos injerencia pero podemos contactar a la Policía Federal”, acotó el director de Comercio de San Luis, Marcelo Rosales. En ambas localidades los controles se realizan de jueves a sábado.
En Juana Koslay además verifican que las fiestas estén autorizadas, realizan una vista ocular para ver si no hay menores y si los hallan, piden la intervención de las comisarías 5ª y la 34ª. Hace un año que no detectan festejos “no declarados”. También la requisa incluye la sonoridad y el horario de cierre.
“El alcohol no está prohibido ni tampoco ciertas bebidas, por eso controlamos que se respeten los horarios de venta, que las barras deben cerrar una hora antes de la conclusión”, resaltó el director de Comercio capitalino y recordó que se puede expedir hasta las cinco de la mañana, los boliches deben cortar la música a las seis y media hora después ya tienen que estar todas las personas desalojadas.
Su par de Juana Koslay, Fernando Medina Salonia, explicó que para esa tarea crearon al Cuerpo Especial de Inspectores de Comercio (CEIC): “Ellos controlan las fiestas habilitadas en los trece locales permitidos en la ciudad y previo pedido de autorización. Los empleados realizan salidas permanentes entre las veintitrés y las siete de la mañana”.
La preocupación de los funcionarios está en evitar tragedias. “Creo que estamos lejos de la Time Warp porque no hay público. Aqua Barra son los que tienen más el estilo, el de los electrónicos, y en las organizaciones juntan no más de ciento cincuenta personas. Armar una fiesta clandestina o una en la que haya exceso de drogas, la veo lejana”, opinó Medina Salonia.
“En San Luis no tenemos la cantidad de gente como Buenos Aires. Pero sí hacemos los controles para impedir desgracias. No queremos prohibir sino controlar para evitarlas”, aclaró Rosales.
Con las promos
El intendente capitalino, Enrique Ponce, instó a los funcionarios de Comercio y Hacienda a que se reúnan con los padres, promociones de escuelas y organizadores para que “empiecen a establecer normativas de cómo tienen que ser las fiestas para resguardar la seguridad de los chicos”.
“Primero le planteamos a los chicos la información de los lugares habilitados para realizar este tipo de celebración. Detectamos que ellos querían lugares al aire libre y en San Luis no se pueden porque no existe un lugar adecuado”, argumentó Rosales.
Por eso, el director de Comercio y el secretario de Hacienda municipal, Esteban Pringles, propusieron ser abiertos y aceptar otros locales que no figuren entre los tradicionales. Eso sí, los inspectores chequean las condiciones de las instalaciones, se fijan que se cumplan con las normativas de seguridad e higiene, considerar la capacidad permitida de acuerdo al espacio del lugar. “A partir de allí se habla con los padres y los organizadores para comunicarle la posibilidad de habilitar este salón, con un permiso especial para ese día”, comentó Rosales y dijo que desde enero ya tuvieron contactos por cuarenta fiestas organizadas por egresados del secundario.
El funcionario aseguró que ahora también sumaron a los padres a estas discusiones para que se sientan partícipes de la diversión de los adolescentes. “A los chicos no le interesa el tema de las condiciones del lugar sino la competencia de quién lleva más gente. Ellos quieren ver cuál es la promo que más concurrencia logra y por eso les explicamos el peligro de superar la capacidad permitida”, avisó y agregó: “No es que no queremos que se hagan, sino que se controle la seguridad y por eso aportamos patrulleros y personal de Tránsito”.
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