Una puntana participará de una campaña de vacunación en Angola

Ansiedad, nervios y orgullo es lo que siente María Martha Iglesias, médica especialista en Epidemiología y en Salud Pública. En los primeros días de julio viajará a Angola porque fue una de las profesionales seleccionadas, después de inscribirse en una convocatoria que abrió Brasil y la Organización Mundial de la Salud (OMS), para ayudar en las campañas de vacunación y evitar la propagación de un brote de fiebre amarilla en el país africano. Aseguró que siempre le interesó la salud pública social, camino que la llevó a trabajar en el diseño de políticas de promoción y prevención. En 2008 participó en la epidemia que se dio en Misiones. Espera poder contribuir con su experiencia en este nuevo desafío. Estará al menos un mes junto a otros cuatro doctores en distintas provincias.

“La convocatoria la abrió la Asociación Brasilera de Profesionales de Epidemiología de Campo. Cuando me enteré, mandé mi currículum y una carta de intención con las razones por las cuales quería viajar. Puse que sentí que estaba capacitada porque tuve la posibilidad de trabajar en un brote de fiebre amarilla en Argentina y que lo veía como un reto profesional que iba a enriquecer el perfil al que aspiro llegar”, contó.

Después de  quedar en la primera preselección, la especialista de 38 años, debía esperar la decisión de la OMS y  de “Global Outbreak Alert and Response Network” (Goarn), un organismo que recluta profesionales para trabajar en casos de emergencias de salud pública.

“Me comunicaron que había quedado y nos enviaron la visa. Ahí me enteré de que quedé junto a  dos brasileros, una finlandesa y una italiana. Después, vino la parte de presentar papeles, hacer un curso de seguridad básica en terreno, presentar certificados médicos y de vacunación. Terminé de enviar todo y ahora espero que me envíen los pasajes. Me dijeron que podría ser para los primeros días de julio”, comentó Iglesias.

El brote en Angola de fiebre amarilla, que se transmite por la picadura de un mosquito, comenzó en diciembre del año pasado. Lleva más de 300 muertos y cerca de tres mil casos sospechosos, según los datos de la OMS. La epidemia ya se extendió a países como la República Democrática del Congo, Kenia  y China.

“Hay que accionar rápidamente a través de la vacunación para evitar que se siga propagando, porque llegó a países limítrofes. Una de las cosas que voy a hacer allá, será colaborar con las campañas masivas”, mencionó la epidemióloga.

Iglesias confesó que para ella será un gran desafío profesional y que le servirá para aprender más sobre este tipo de brotes. “Más allá de que pueda ayudar con mi experiencia, va a ser un crecimiento en todo sentido, tanto profesional como humano. En principio vamos a estar por un período de cuatro a seis semanas con posibilidad de extensión”, describió.

La especialista en Salud Pública aseguró que siempre le interesaron las políticas de promoción y prevención de enfermedades a nivel poblacional. Por eso, es consultora externa y trabaja con el Ministerio de Salud de la Nación. Además, creció en una familia de médicos. Su mamá, Martha Abdalla, es pediatra y su abuelo, Hanna, emigró desde Arabia para convertirse en doctor rural en San Luis.

Experiencia

Entre enero y abril de 2008, Iglesias participó en el brote de fiebre amarilla en la provincia de Misiones, Argentina. Desde 1966 no se presentaban casos humanos en el país. Su tarea fue trabajar junto a un equipo interdisciplinario local con el objetivo de implementar líneas estratégicas de control y prevención diseñadas desde el Ministerio de Salud Nacional como vigilancia en vectores y monos (control ambiental), actividades de vacunación antiamarílica para aumentar las coberturas, especialmente en zonas de difícil acceso.

En agosto y setiembre del 2011, colaboró como consultora de la Organización Panamericana de Salud (OPS) en la implementación de la “Sala de Situación de cólera”, en República Dominicana.