SAN LUIS - Miércoles 15 de Mayo de 2024

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De la Ciudad Luz a la tierra del venado de las pampas

Por redacción
| 24 de julio de 2016
Con escolta. Chloe y Laurent posan en el perilago de La Florida, con una majada de cabras a sus espaldas. Una gran experiencia.

La Reserva floro-faunística de La Florida está a punto de desplegar sus alas como el Águila Coronada gracias a nuevas inversiones. Hasta allí llegaron dos franceses, estudiantes de Veterinaria, para conocer y estudiar la fauna puntana. Además de sumar experiencia, contribuyen con las tareas técnicas que se hacen en las 340 hectáreas que la reserva tiene para la conservación de especies en situación de vulnerabilidad.

 


Chloe Denaes y Laurent Gautier decidieron hacer en San Luis las prácticas que les impone la Universidad en París como parte de una materia de la carrera. Están cursando el tercer año de los cinco que les impone la currícula y eligieron la Argentina a través de un contacto con uno de los responsables de la reserva en La Florida.

 


En Luján, uno de los lugares que visitaron, Laurent, quien maneja mejor el castellano, contó a la revista El Campo  la experiencia vivida. “En lo que es parte de la rehabilitación liberamos un zorro y un chimango. Además de 25 pájaros, entre los que se encontraban cardenales y una reina mora. Contamos con la ayuda de dos colegios locales para hacer la liberación”.

 


Las tareas de educación son una parte importante. Laurent comentó la realidad que vivió en esa localidad. “Parece que es una zona donde se practica el mascotismo, es una costumbre que viene de padres y abuelos. La idea es que no se transmita a los hijos”, contó con el propósito claro de terminar con ese tipo de prácticas que afecta varias aristas, no sólo por la peligrosidad de tener un animal silvestre, también por la transmisión de enfermedades con impacto en la salud pública.

 


En referencia a lo que vive San Luis, Laurent contó que en París hay una legislación distinta. “Allá se puede acceder a algunos animales silvestres exóticos previo cumplimiento de la normativa vigente. Eso lleva a que no exista la necesidad de cazar en los campos o zonas aledañas a la ciudad”.

 


Ellos trabajan en un centro de rescatismo en la capital francesa, donde se hacen tareas similares a las de la reserva de La Florida. “Los animales que recibimos en nuestro centro son aquellos que las personas encuentran en medio de la naturaleza y por algún motivo están lastimados. En general se trata de animales urbanos, como palomas o erizos”.

 


Sin embargo, la expansión de la ciudad está trayendo nuevas especies, un fenómeno que se repite a nivel planetario. “El año pasado recibimos alrededor de 3.000 animales, entre los que había lechuzas, halcones y ciervos. Para este año calculamos que ese número se va a ir por encima de los 4.000”.

 


Lo que los trajo a San Luis fue la curiosidad de entrar en contacto con una fauna distinta a la conocida en su país. “La hermana de Agustín González (NdeR: el jefe de Flora y Fauna de la Reserva de La Florida), que vive en Francia, nos contó sobre las tareas que hacían por estas latitudes. Así fue que a través de un convenio decidimos venir. La Universidad no contempla los traslados a lugares tan lejanos. Nosotros pagamos nuestro viaje para hacer la experiencia en Argentina, que luego tendrá como presentación final un informe sobre lo vivido con la fauna autóctona”.

 


Además tenían más objetivos y expectativas sobre la visita al país. “Debemos realizar prácticas en el extranjero. Eso nos pide nuestra escuela. Nos pareció interesante poder repetir una experiencia que hacemos en Francia. Conocer nuevas formas de trabajo, otras técnicas para  rehabilitar y liberar especies. También poder conocer otra fauna, distintos hábitats y, por qué no, otras culturas.

 


Al regreso de San Luis, Laurent y Chloe deberán presentar un trabajo. “Será un reporte con nuestra apreciación. No tiene muchas directivas. Allí pondremos lo que nosotros consideremos relevante de lo aprendido. No estamos obligados a ir a lugares remotos. Se puede hacer algún recorrido por Europa que sea más económico, pero nos gustó San Luis”.

 


Además de Luján, hicieron una visita a Merlo. “Estuvimos cinco días en Mogote Bayo. Allí pudimos conocer el trabajo que hace un guardaparque. Hay una población de llamas con las que colaboramos con tareas de asistencia. Abrimos senderos y buscamos animales que habíamos liberado en el día”.

 


Sobre lo que vieron en San Luis, Laurent contó que “aquí tienen pumas, un animal que allá no existe. Además, en Luján vimos cóndores y algunas águilas moras sobrevolar muy bajo en el cielo. Es difícil apreciar en París ese tipo de espectáculo. Otro pájaro que llamó nuestra atención  fue el picaflor que también conocimos gracias a San Luis”, concluyó el estudiante extranjero.

 



Un recorrido por lo que vendrá

 


Junto con los jóvenes franceses, la revista El Campo recorrió la reserva, que ya funciona aunque no todavía para el turismo. Un predio de 340 hectáreas que se encuentra en la cercanías del pueblo de La Florida, donde el Ministerio de Medio Ambiente, Campo y Producción ha decidido en el corto plazo darle todo lo necesario para que se lleven adelante de manera consistente tareas de conservación y rescate de especies autóctonas para la mantención del equilibrio medio ambiental. 

 


Por eso el veterinario Agustín González, quien hace seis años vino de Córdoba para hacer su aporte al proyecto y es quien fue el nexo con los franceses, contó que a pesar de que no se ven los trabajos son muchos y de un gran impacto social.

 


“Contamos con personal capacitado dentro de la Policía y Policía Rural, gente que colabora con los controles de especies exóticas que a veces caen en manos equivocadas. Los decomisos son en cualquier momento, por eso muchas veces trabajamos contrarreloj, y más cuando se trata de animales en situación de vulnerabilidad”, aseguró González.

 


Este tipo de inconvenientes se da por el mal hábito de tener animales salvajes como mascotas. "Muchas veces recibimos las denuncias de parte de los vecinos que tienen miedo ante la presencia de estos bichos. Hemos recibido pumas que eran el perro de la casa. Lo mismo pasa con el tráfico de aves, personas que tienen  pajaritos que deben estar libres. El problema radica en que esas prácticas impiden que esa especie se reproduzca en su medio natural”, agregó el veterinario.

 


La parte legal tiene mucho peso y determina las conductas que deben ser juzgadas cuando hay una tenencia irresponsable de animales. “Aquí tenemos una Ley provincial que es la Nº 317, y además una nacional que es la Nº 22.421. Ambas prohiben la tenencia y comercialización de cualquier animal, producto o subproducto de la fauna silvestre. Además, la cuestión sanitaria es muy importante. Hay muchas enfermedades zoonóticas cuyo origen son los animales silvestres. Un ejemplo claro es lo que pasa con los loros y la psitacosis, que es una bacteria de la familia de las clamidias. Hay casos que no pasan de un resfrío, pero pueden provocar neumonía, y hasta producir la muerte” informó el funcionario.

 


Camino al encuentro con los veterinarios franceses, pasamos por una jaula que contenía a unos jabalíes decomisados en Leandro N. Alem. “Es un animal silvestre que en muchos casos se usa para producción de embutidos, como si fueran cerdos. Son muy adaptables e invasores. Pero la conversión en carne es diferente, hay que darle mucho alimento y proteínas para lograr el sabor deseado”, dijo González.

 


En una jaula contigua, varios ejemplares parecidos a los cerdos, pero de menor tamaño, habían sido entregados por una persona que los salvó de la muerte. “Se los denomina Tayassu Pecarí,  habitan en el norte de la provincia, andan en  piaras que van de los 20 a los 60 ejemplares y son animales autóctonos que solían verse más seguido, pero el jabalí logró desplazarlos. Son omnívoros y comen sólo un 10% de carne”, explicó el veterinario.

 


Es un problema la manera en que los animales exóticos invasores desplazan a las especies autóctonas. En el sur de San Luis los ciervos colorados han corrido al venado de las pampas. El águila coronada es una especie en extinción de la que sólo  quedan 1.000 en el mundo y San Luis tiene una importante población. “En unos días van a traer desde Buenos Aires alguna de estas especies a la jaula de musculación de rapaces más grandes que tenemos en el país”.

 


Las vizcacheras son otro tema delicado en la producción agrícola. “Trabajamos con los productores cuando tienen el problema de las cuevas que hacen los roedores. Esto dificulta  las labores con máquinas, porque se empantanan. Nosotros vamos y hacemos la evaluación de la población. En base a eso determinamos una forma de trabajo para reducir la cantidad o simplemente correrlas del lugar de conflicto”.   

 


El tema de los predadores es una preocupación de larga data. Son aquellos que matan a los animales de producción y que causan un impacto económico negativo. “Muchas veces hay incompatibilidad porque hay un mal manejo. Es decir, el foco sólo esta puesto en la producción sin tener en cuenta el ambiente. El aporte que hacemos con el Ministerio es hablar con los productores sobre el manejo que están llevando adelante”. Además, González dio algunos trucos para evitar las matanzas: “A veces basta con tener lo que llaman un perro pastor entre la majada, de esa forma  los pumas, zorros o los gatos monteses no se acercan. Otra clave son los encierros y la clase de corrales que se usan. Los lugares de contención deben tener tejido olímpico de por lo menos 1,50 metros de alto, más una media sombra que permita bloquear el estímulo visual”, lo que según explico el veterinario evita lo que en el campo se conoce como el puma cebado.

 


Es evidente que la provincia además de su potencial productivo ha sido dotada con especies que ya no se ven en el mundo. Por eso el Gobierno trabaja intensamente en políticas que hagan que la sustentabilidad productiva sea un hecho. “El cóndor andino es una especie carroñera, la más grande de Sudamérica. En San Luis hay grandes cantidades a pesar de que se encuentra en extinción. Aquí, por una cuestión cultural, se la considera una amenaza para la cría de animales Sin embargo hay mitos que han pasado de generación en generación, son los que sostienen que el ave caza a los chivos y a otros animales”.

 


La realidad se impone y González cuenta por qué: “Anatómicamente no es posible, es decir sus patas no le dan para agarrar a esa clase de bicho. Lo que sí sucede es que el cóndor se posa sobre animales moribundos, lo que debe haber hecho prosperar la creencia de que son los autores de la muerte.  Cuando el productor llega y ve el ave sobre el animal casi muerto supone que fue el autor de ese desastre. Por eso la gente caza a los cóndores andinos, porque piensa que causan un daño. De ahí la importancia de la educación ambiental, ya que esta clase de predadores tiene la función de eliminar focos infecciosos como los que pueden propagar los cadáveres”, aclaró el veterinario.

 


Sobre la fusión de los ministerios de medio ambiente y campo, el especialista contó una de las tantas ventajas que trajo. “En el caso del Plan Caprino pasó que chocaban los temas ambientales con la producción. Por ejemplo, en el Bajo de Véliz se quería promover la cría pero es un área protegida. Allí y gracias a que ahora trabajamos en conjunto, pudimos ponernos de acuerdo”, recordó. Por otra parte agregó que en ese lugar específico se debe fomentar la cría de llamas porque "tienen almohadillas plantares que no generan tanto impacto en el suelo ni degradan el monte”.

 




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