Las palabras de Ricardo César Ortega no podían ser tan contundentes como sus golpes. Seguramente no había nada que pudiera decir para justificar que había atacado con dos garrotes a su ex esposa, una mujer policía que custodiaba una escuela, el lunes a la madrugada. Por eso su abogado le aconsejó que no declarara, cuando lo llevaron ayer (martes) ante el juez Penal Nº 1 de San Luis, Sebastián Cadelago Filippi.
La acusación contra Ortega, un técnico en refrigeración de 36 años, es pesada. Quedó imputado de homicidio en grado de tentativa, agravado por el vínculo, en concurso real con daños a bienes del Estado, señaló su defensor, Daniel Gorra.
El abogado le pidió al juez que prorrogara la detención del acusado por ocho días, para disponer de ese plazo para buscar alguna prueba que le alivie la carga.
Ortega fue detenido en plena agresión. Era la una de la madrugada cuando vecinos de la escuela primaria digital “Albert Einstein”, de Pringles 1157, escucharon golpes y gritos. Llamaron a la Policía.
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