Un discurso cronometrado y el encuentro con viejos amigos

Si bien no es noticia el poder de oratoria y la pasión que pone Adolfo Rodríguez Saá cada vez que habla de la historia política de San Luis y el peronismo, esta vez ni la alarma del celular lo pudo frenar. Situación: conferencia sobre el Proyecto Provincial y el Plan Mil en una sede del PJ repleta.

Algunos minutos después de las 19, Adolfo ingresó al salón y ante una ovación general, saludó a los militantes y dirigentes históricos, agarró el micrófono y adelantó que no tenía que hablar más de 45 minutos, por lo que no iba a extenderse demasiado en las anécdotas. Sin embargo, él mismo sabía que era una misión imposible, quizás más difícil que conseguir que la Nación pague la deuda con la Provincia.

Entre anécdotas e historias que recorren personajes y estrategias políticas llegó a pasar la media hora de locución y todavía ni había llegado a meterse en el Plan Mil, uno de los ejes de la charla. Hasta que una luz iluminó su mesa y un sonido casi imperceptible lo cortó: era el celular. Rápidamente lo apagó y le contó al público que ahora casi siempre pone la alarma para no pasarse con los tiempos. 

Unos diez minutos después volvió a motivar a toda la militancia, recordando que el modelo San Luis comenzó a gestarse a partir del ’83, que el plan de viviendas es único en el país y el mundo, que ahora los jóvenes y los dirigentes tienen que… Y volvió a sonar la alarma.
Con ganas de más, los dirigentes lo ovacionaron con aplausos y una sonrisa cómplice, disfrutando de la pasión de su líder cada vez que agarra el micrófono y los invita a soñar con él.