Chaqueño Palavecino, un tradicionalista de alma

Después de algunos años, la espera se terminó y el Chaqueño Palavecino vuelve con estrenos y sus clásicos imbatibles. Hoy en el teatro desplegará algunos temas de su último disco, “De Criollo a Criollo. Homenaje a Don Ata. Mi Versión” ya que su público le pide las que más se sabe, “vamos a hacer un íntimo de los temas de Atahualpa y después lo que la gente conoce de lo mío”.

Con su buen humor a cuestas, el embajador del folclore llega a San Luis, tierra de guitarreros, un elogio que acepta agradecido, pero a duras penas, “los estilos, las formas y las regiones tienen mucho que ver con el folclore”.

—Se agrupa en un solo sentir.

—Claro, nosotros venimos de tierras de guitarreros y cantores, en Cuyo se destaca mucho la guitarra, mucho, nosotros somos más del lado de los violines, de cantar coplas, pero es todo una sola cosa.

—¿Se toca algo cuyano?

—Alguna cueca cuyana o una tonadita de Mercedes, no tantas... solemos tocar pero no tanto, el público es celoso de sus cosas, ja ja, no nos metemos con las cosas de ustedes porque por ahí se pueden enojar.

—Pero no si se hace con respeto.

—No: siempre con respeto. En el cancionero hacemos zambas santiagueñas y temas de la zona del Chaco salteño, que es lo que aprendimos solos de chicos, porque no hemos tenido profesores, no había quien te enseñe si no ibas a la ciudad, allá lo académico no existe.

—Es que se transmite por generaciones, de los mayores.

—Sí, de generaciones... pero ojo que ninguno de los viejos te dice ‘¡che, tomá, agarrá esto!’, tenés que mirar nomás y ver cómo cantaban las coplas, eso se canta con naturaleza. Creo que soy el primero que salió de esa zona cantando, junto a mi hermano mayor, que canta y baila bien, no académico: es del bailarín que baila como lo siente, porque también eso es muy serio.

—Usted viene de los mayores y lo transmite a su familia (es tío de Jorge y “el Indio” Rojas)...

—Sí, ellos son la otra generación, los más changos, también han aprendido lo mejor viéndonos a nosotros en su casa, desde chicos porque siempre se respiraba folclore, cuando hacías un asado no había otra música, después el Luchín como le decimos en la familia al Indio (Lucio), él aprendió de su hermano mayor, de Jorge y Alfredo, que le enseñaron bastante, Alfredo es cantor de coplas, vive cantando.

—Y así se mantiene el espíritu.

—Sí, él vive cantando, no le da pelota nada más que a cantar y eso es lindo.

—Usted tuvo una anécdota graciosa con Jorge, cuando le produjo un disco.

—Ah, esa vez ‘me hizo olvidar el sombrero’ ja ja. Es que empezó a modernizar un poco lo mío, él estaba metido en lo nuevo pero le dije ‘pará, hasta acá nomás, aquicito me quedo, me olvidé el sombrero’ y me fui porque no canto eso. Pero era para bien, me agregó cortes pero uno es tan tradicionalista, es como los viejos de uno, que no le cambian la bocha por nada.

—La tradición es así, se puede cambiar algo pero será la misma.

—Pero para el bien de todos, hay discos buenos y fue muy lindo todo eso.

—Esta noche es en un teatro.

—Es más cómodo para la gente grande, para estar sentada, que no le haga frío ni tanto calor, hay muchos lugares, uno tiene público para teatro y otro para festivales. El teatro es otra cosa: sabemos que hacemos dos horas, tocamos, conversamos, nos divertimos.

—Cómo viene la gira con su público: ¿aceptan los nuevos temas?

—Viene bien, lo que pasa es que no puedo hacer todo el disco porque la gente me pide mis clásicos, siempre hay alguno que grita “Amor Salvaje” en el concierto y no lo puedo evitar.

"Don Ata" en otra visión musical

Palavecino realizó un homenaje a don Atahualpa Yupanqui, el símbolo máximo del folclore nacional, pero a su manera.

“En ‘A Don Ata’ le puse mi estilo a las canciones de él, pero es mi versión y mi forma de hacerlo, a algunos les puede gustar, a otros no, pero es mi forma de hacerlo”, contó el Chaqueño, orgulloso ya que es “otro que se sumó a tomarse el trabajo de grabar y cantar y estar” con un trabajo que le llevó cinco años “porque tenía que hacerlo a mi estilo y cuando no me gustaba esto o lo otro, lo cambiaba, lo bueno es que no tenía tiempo en terminarlo, no tenía compromiso con la grabadora”, destacó, con la parsimonia que lo caracteriza.

Otro hito en la carrera de un gran artista nacional.