No hubo arroz por el aire, ni vestido blanco y tampoco el clásico grito de ¡Viva los novios! Pero no por eso fue menos feliz: al contrario, el rostro de la flamante esposa no pudo disimular la sonrisa mientras duró la breve ceremonia. Marghareta Blatz y Chiro Wieler son la primera pareja menonita que contrae matrimonio en suelo puntano, en la localidad de Nueva Galia, precisamente, a unos dieciséis kilómetros del campo donde residen en comunidad. Después de dos años de novios, decidieron dar el sí en el Registro Civil de la localidad, hasta donde también llegaron otros cinco miembros para acompañarlos.
El casamiento estaba previsto a las diez en la delegación que está en la esquina del bulevar San Martín y la calle Belgrano. Quince minutos antes arribaron los protagonistas y cinco minutos después lo hicieron Abraham Wiebe, su señora, su hija y el esposo (hermano de la novia) y las otras dos hijas. “Demoraron en casarse por el civil porque tenían mucho trabajo y todo inicio cuesta y demora”, advirtió el hombre, que es uno de los referentes de los menonitas radicados en la provincia.
Marghareta, de 19 años, y Chiro, de 23, se enamoraron en Chihuaha, México, el lugar donde nacieron. Como los demás menonitas, son de tez blanca, cabellos claros y ojos azules por la descendencia alemana que arrastran. Cuando decidieron migrar al país, Marghareta lo hizo primero y debió esperar la llegada de su hombre para sellar su amor. Ese día fue el 12 de junio pasado, cuando organizaron un primer festejo tradicional. Desde entonces, viven juntos en la casa que el padre de Wieler construyó en la colonia.
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