A moverse y comer bien: la clave es mejorar los hábitos

La diabetes es una enfermedad silenciosa, cuando aparece es porque llegamos tarde”, enfatizó la doctora Sandra de la Vega, la coordinadora del Programa Enfermedades crónicas no transmisibles del Ministerio de Salud de la Provincia, para graficar la importancia que adquiere la prevención y la disminución de los factores de riesgo. A través del área, la médica detalló que los profesionales de los hospitales y centros de salud de todo el suelo puntano se enfocan en la promoción de los hábitos saludables, como la actividad física regular y una alimentación rica en verduras.

Si bien no hay estadísticas recientes, la última encuesta nacional sobre la prevalencia de la patología arrojó que en San Luis el 10.9 por ciento de las personas la padecen, en una población de 430 mil habitantes.

“El equipo de salud, en los hospitales y centros de toda la provincia, está preparado y capacitado para la detección precoz, el seguimiento, tratamiento y la prevención secundaria. Hacemos hincapié en lo que es la puerta de entrada, los factores de riesgo: educar nuestra salud para desarrollar hábitos alimentarios y hacer actividad física. En nuestro país el consumo de verduras no es más que papa, batata o zapallo, las verdes o de otro color no las comemos”, sostuvo De la Vega.

En este sentido, los agentes sanitarios toman intervención en la comunidad y son quienes promueven la creación de huertas familiares. Además, hay grupos de pacientes con enfermedades crónicas que, dirigidos por nutricionistas y psicólogos, realizan caminatas para bajar los niveles de glucemia. “La obesidad y el sedentarismo, a partir de los cambios tecnológicos en la sociedad, nos llevan a estar más tiempo sentados, la gente camina menos. No hablamos de una actividad de alto impacto, sino para quemar calorías, recreativa”, indicó la especialista.

Pero también los estudios son clave para prevenir la diabetes. El primero que se practica es el laboratorio clínico para medir la glucemia, si el médico interpreta que los rangos superan los límites se hace una prueba más de tolerancia oral. Extraen sangre al paciente, luego le dan de beber una infusión y a las dos horas siguientes vuelven a sacar sangre para obtener el diagnóstico preciso.

“En quienes ya la tienen hacemos una prevención secundaria y terciaria para controlar los órganos blandos donde va actuar la enfermedad: los ojos, los riñones, el corazón y los pies. No hay que tener miedo, la gente debe reclamar sus derechos en los tratamientos, hay una ley nacional y San Luis está adherida a ella.  Además, la provincia otorga todos los medicamentos esenciales fabricados por Laboratorios Puntanos, que se distribuyen en los centros de salud con la orden médica”, agregó De la Vega.

El próximo paso en el Ministerio es consolidar un registro del total de los pacientes diabéticos de la provincia que reciben atención en consultorio y que acceden a la medicación que otorga el sector público. La funcionaria explicó que están en la etapa de elaboración porque los datos que poseen son estimativos. "Contamos con una plataforma del área que contiene algunos datos no demasiado precisos, pero que igualmente nos sirven de base", sostuvo.