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Denuncian que hay libros en el agua en la biblioteca de la UNSL

Por redacción
| 22 de febrero de 2017
La prueba de la denuncia. La difundió Flores y las autoridades la desestiman.

La biblioteca "Antonio Esteban Agüero", de la UNSL, inaugurada en marzo de 2015 y ubicada en la esquina de Ejercito de los Andes y Estado de Israel, tiene su deposito  en  avanzado estado de descuido y abandono según denuncia un ex alumno. Parte de los libros que se encontrarían allí estarían anegados por el agua, apilados en el piso y sin ningún tipo de protección afirma Juan Carlos Flores, un licenciado en Geoinformática graduado de la casa de estudios, quien incluso elevó una nota al rector.

 


Flores se acercó a donar material bibliográfico y ahí fue que se encontró con cientos de libros apilados en el depósito, sin ningún tipo de resguardo más que una planchas de maderas y rodeados de agua. En algunas fotografías que logró sacar, se pueden ver incluso algunas pilas de libros tirados sobre el agua, que muestran cómo los libros caen sobre su propio peso, al no tener ningún tipo de estantería que los proteja.

 


El graduado, que es además magister en Gestión Integrada de Recursos Hídricos y se desempeña como asesor de obras para la Municipalidad de San Luis, no se quedó tranquilo. No sólo hizo públicas las imágenes en su página de Facebook, sino que presentó una nota al rector Félix Nieto Quintas. En el documento, ya recibido por la secretaría, Flores contó que se dirigió a la biblioteca para donar libros de geología, minería y geoinformática pero al ver “el lamentable e injustificado estado” del depósito, decidió no entregarlos y hacer la denuncia pública. En la nota asegura que la mayor parte del material bibliográfico está “depositado en el piso o en palets, expuesto al agua y a todo agente ambiental que produce y producirá daños irreparables a las publicaciones en el corto plazo”.

 


Alfredo Debattista, secretario de infraestructura de la UNSL, afirmó que las imágenes son de un temporal que ocurrió en 2016. “Es una foto bastante vieja y ya hemos tomado todos los recaudos. Hubo una gran tormenta el año pasado (enero) que produjo un corte de energía que generó que se apagarán las bombas de achique que tenemos en los desagües. Es probable que sean las fotos de ese momento. Ahora, aunque se corte la luz, tenemos un grupo electrógeno y las bombas siguen funcionando. Además hicimos un cordón para evitar que el agua entre por la rampa de acceso del depósito. No hemos tenido un incidente la semana pasada”, contestó.

 


“La foto nos lastima. No vamos a negar eso. Lo que te podemos decir es que fue un fenómeno climático de otro momento. Puedo asegurar que siempre hemos actuado frente a los problemas”, acotó Marcela Printista secretaria académica de la UNSL, a cargo del área responsable del edificio. “Pueden decir cualquier cosa. Yo lo denuncié, lo escribí y se lo firmé al rector. Si tienen alguna objeción, que hagan lo mismo”, respondió  Flores.

 


“Yo hice mi maestría en la Universidad de Cuyo. He estado en la Universidad de La Pampa, Azul, escuelas rurales, públicas y privadas y nunca vi algo semejante. Ni siquiera como graduado hago el reclamo. Lo hago como ciudadano, porque es una universidad pública. Todos ponemos dinero y hacemos el esfuerzo para contribuir a que la universidad esté mejor. Esa obra se financió con dinero público”, concluyó.

 


Printista afirmó que en “los próximos meses” recibirán la estantería para el depósito y calcula que albergará 25 mil ejemplares. En total tienen 75 mil libros. Sin poder dar cifras precisas, dijo que se reparten entre los archivos de la vieja biblioteca, los estantes de la planta baja, el primer piso y el depósito de la nueva. “Recibimos la biblioteca inaugurada y nosotros hicimos la mudanza. Lo que se ve en el subsuelo son las tarimas de los libros en plena mudanza. A decir verdad, todavía estamos comprando estantería. Ya hay muebles en la planta baja y el primer piso”, detalló la secretaria.

 


—Si se inauguró la biblioteca en 2015, ¿Por qué todavía no hay estantes para sus libros?

 


—La biblioteca se inaugura con presupuesto para el edificio. Sin embargo, no teníamos presupuesto para la obra completa. Durante toda la gestión nos hemos presentado tanto a la Secretaria de Políticas Universitarias, como al Ministerio de Infraestructura y hemos podido ir amoblando y adecuando la biblioteca, como pasó con los muebles de la sala de lectura, los equipamientos de computación y la rampa. La cantidad de libros del depósito fue trasladada sin tener las estanterías compradas.

 



¿Pero no van dos años desde ese momento?

 


—Claro, pero partimos de cero. No estamos como quisiéramos, pero estamos trabajando.

 


—¿No fue apresurado abrir una biblioteca a la que aún le faltaban los estantes?

 


—No fue decisión de esta gestión. Nosotros la recibimos con la obra finalizada y pagamos (el resto). Tuvimos que hacer una rendición de ese subsidio con el que se construyó la biblioteca.

 


La gestión previa fue la del ahora diputado nacional por la UCR, José Riccardo, de la cual la administración actual es afín, ya que hubo una continuidad política en la UNSL. El 30 de julio de 2012, con un presupuesto de 7 millones de pesos, se comenzó la obra, que tras dos años y medio se inauguró el 16 de marzo de 2015, mediante una de las habituales teleconferencias que solía dar la entonces presidenta, Cristina Fernández de Kirchner.

 


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