"Hay que investigar el cannabis, hay indicios de que es efectivo"

El neurólogo Facundo Latini, recibió con gusto a El Diario de la República en su consultorio privado en 9 Julio al 1400. Especializado en epilepsia, con una tesis en desarrollo en la Universidad de Buenos Aires y con labores tanto en el Hospital de San Luis como en la Universidad Católica de Cuyo, Latini ha dedicado su vida a la investigación de la enfermedad.

Su postura para el uso de cannabis es clara: cree en las posibilidades de la sustancia para combatir la epilepsia refractaria, pero considera que antes debe realizarse una investigación científica profunda con apoyo del Estado, para advertir sus riesgos y tener datos concluyentes.

­—­¿El cannabis cura la epilepsia?

—­Lo primero que hay que decir que no hay estudios científicos con alta evidencia que avalen el uso del cannabis. Tenemos estudios y casos aislados en que el aceite de cannabis ha tenido una excelente respuesta para ciertos casos.  El uso más conocido es con el cannabis de la variedad “Charlotte”, que se usa en encefalopatías epilépticas habitualmente llamadas epilepsias refractarias. En estas hay un daño cerebral que produce retraso madurativo y además se producen crisis epilépticas, conocidas como convulsiones.

Éstas se llaman refractarias porque no responden a los medicamentos, y representan un 30% de los casos. Esto ha sucedido por mucho tiempo a pesar de nuevas medicaciones aprobadas por sociedades científicas e instituciones.

Si uno reduce las convulsiones del enfermo pueden mejorar su calidad de vida. Si uno tiene 10, 20 convulsiones por día, el paciente se duerme, se cae y se lastima. Es muy importante dejarlos sin crisis. Obviamente no va volver a la normalidad porque tienen un daño cerebral pero es muy significativo para su calidad de vida.

—­¿Por qué los pacientes no responden a los medicamentos, por qué son “refractarios”?

- Esa es la clave. Se está investigando. No se sabe por qué un epiléptico se vuelve refractario. Y por qué a veces comienza a pasar con el tiempo.

—­¿O sea que hay gente a la que le funcionaban los medicamentos y después dejan de funcionarle?

­—­Exactamente. Es una enfermedad extraña. Hay pacientes que tienen lesiones congénitas y los ataques se manifiestan a los 20 años. El tiempo de latencia tampoco lo sabemos.

—­Entonces en este contexto, en esta enfermedad llena de misterios, hay gente que experimentó con cannabis y vio los ataques de los pacientes reducidos, pero existe el problema de que aún es ilegal ¿Ustedes qué pueden hacer entonces como médicos?

—­Empecemos por lo científico. Porque si no se reduce a lo ideológico. El cannabis tiene múltiples principios activos, sustancias que actúan dentro del cuerpo.  A su vez tenemos en nuestro organismo receptores, que reciben sustancias generadas por nuestro mismo cuerpo para cumplir una función.  Uno de ellos es el canabinoide, que está en la cannabis.

—­¿El cuerpo de por si genera canabinoides?

—­Sí, pero obviamente los canabinoides que vienen de la planta son mucho más fuertes.

—­ ¿A alguien que tiene epilepsia estos canabinoides no los tiene?

—­ No, no es eso. Es que el canabinoide propio que tienen no es suficiente para tener un efecto terapéutico y evitar la epilepsia. Es lo mismo que pasa con la morfina. En nuestro cuerpo tenemos las famosas endorfinas, que se generan naturalmente por ejemplo con el ejercicio, que actúan contra el dolor. Cuando existe mucho dolor, se usa la morfina que tiene una concentración mucho mayor, pero que es una sustancia que ya existe en el cerebro.

En el cannabis es mucho más fuerte y ésta tiene varias sustancias activas, uno de ellos es el “canabidiol”, que es el que creemos genera el efecto contra la epilepsia. Pero al hacer un aceite natural, manufacturado por uno mismo, tiene muchas más sustancias que solo esa que queremos. No sabemos tampoco cuál es la dosis que hay que dar, ni la concentración del químico que necesitamos

—­Pero hay casos que muestran que los ataques epilépticos se ven reducidos notablemente con aceite de cannabis.

—­Se sabe que existe el canabidiol, pero no se puede saber en qué concentración se tiene en el aceite casero. Depende de la luz, de la temperatura, del aceite que se use. Lo que no hay es un estudio que pruebe científicamente los efectos del cannabis en el epiléptico. Es algo que están pidiendo varias sociedades científicas como la Sociedad Neurológica argentina, de la cual formo parte del grupo de investigación de epilepsia.

—­ Habría que aprobar la ley entonces para permitir la investigación, luego hacer los estudios y después sintetizar una droga que contenga solo los componentes que ayudan a reducir la epilepsia.

—­Sí, pero existen otras dificultades. Primero tienes que encontrar a alguien que financie la investigación, porque a los laboratorios privados no les conviene investigar el cannabis, porque se produce de manera muy barata y no habría rédito de la investigación. Todo ese valor agregado de investigaciones con componentes y químicos complejos, se pierde. Hay una cuestión corporativa en contra del cannabis.

—­ Mientras, ¿qué pueden hacer los pacientes y sus familias?

—­ Se puede pedir sin ley e investigación, a través del Anmat, aceite de cannabis de otros países por importación, valiéndose del “uso compasivo”, un trámite especial cuando todo lo que funciona acá ya no funcionó más para el paciente.

Mi posición personal es que hay que investigar, necesitamos estudios para el cannabis y hay indicios de que es efectiva por los casos aislados. Y este trabajo lo pueden hacer los estados y la Provincia de San Luis cuenta con una Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia de la UNSL, un Hospital Escuela Central y Laboratorios Puntanos para hacerlo.

—­ ¿Usted cree que las condiciones están dadas en la provincia para iniciar las investigaciones?

—­ Por supuesto, por lo menos para comenzar los estudios de prueba, con pacientes, valiéndose de cannabis o compuestos sintéticos que pueden hacerse tanto en Laboratorios Puntanos como la Facultad de Química. De acá a un par de años, podemos ser la primera provincia en la Argentina, y no sé en el mundo en el que se pueda hacer un trabajo serio del cannabis. Tenemos los recursos humanos para hacerlo. Falta la voluntad política. Y creo que el Gobernador es de mentalidad abierta, se nota en lo que hace. Te puede gustar o no como gobierna pero San Luis ha sido muchas veces vanguardia en políticas nacionales y ésta no debería ser la excepción.