Ser diputado provincial no garantiza privilegios absolutos. A veces, aunque seas un legislador, tenés que llegar con tiempo a ciertas citas. Y eso le ocurrió a Raúl Laborda Ibarra, quien llegó tardísimo al recinto de la Legislatura para presenciar la 30ª Apertura de Sesiones Ordinarias. Cuando intentó llegar a su banca, ese lugar estaba ocupado y tuvo que hacer varios reclamos para conseguir un sitio donde escuchar el mensaje del gobernador Alberto Rodríguez Saá. A juzgar por su cara, la tardanza de Laborda Ibarra se produjo por puro remolón. O no sonó la alarma de su despertador o intentó dormir un ratito más y casi pasa de largo. Cuando pudo ubicarse, le alcanzaron un café y por fin se despabiló.
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