La banda uruguaya “No Te Va a Gustar” pisó nuevamente el suelo de la Calle Angosta y no hubo decepción en su público. Cortó el inicio de la semana con un show a pura fiesta, arengó a mil quinientas personas y sonó mucho mejor que la última vez que visitaron la ciudad, allá por el 2014. El show en “Espacio Mitre” recorrió más de treinta canciones que fueron coreadas, saltadas y bailadas arriba y abajo del escenario.
Los primeros acordes sonaron a las 21:45 y "Más mejor" tuvo el compromiso de encabezar una lista de treinta y dos temas, que zigzagueó entre las melodías de sus nueve álbumes. Inmediatamente llegó "Cero a la izquierda", uno de los hits del disco "Por lo menos hoy", que fue el encargado de abrir el primer pogo de la noche, que se avivó aún más con los siguientes: "Con el viento" y "Fuera de control".
Pero fue sólo la entrada en calor, porque después de esas cuatro primeras baladas, Emiliano Brancciari, la voz del grupo charrúa, habló para agradecer el recibimiento acalorado y, en una suerte de reciprocidad, entonó los versos de "Llueve tranquilo" que dio un respiro entre tanto salto e iluminó la ruta para la llegada de más éxitos: "Al vacío", "A las 9" y "Detrás del cerro".
A diferencia de la última visita de hace dos años, cuando el sonido no había sido el mejor, la noche de anteayer fue una reivindicación y la banda se lució sin preocupaciones.
La presentación de los uruguayos marcó la despedida del disco “El tiempo otra vez avanza”, editado en 2014, y fue también la antesala para mostrar la nueva propuesta de “Suenan las alarmas”, que saldrá a la calle el próximo 2 de junio. Con esa excusa, adelantaron "Pegame más fuerte", "Prendido fuego" y "Para cuando me muera", que fueron igualmente coreados como los viejitos por la gran difusión que tuvieron en las redes sociales.
El telón de fondo, con la imagen de una margarita sobre una especie de calavera, fue en honor a la última melodía, tal como lo promocionan en la página oficial.
En la mitad del show, hubo lugar para acordes menos rockeros, luces tenues e interpretaciones con dedicación incluida. En ese ambiente íntimo, emergieron "Ese maldito momento", "Clara" y "Memorias del olvido", que fue dedicada a Érica, una fan puntana de 35 años que sufría cáncer y antes de dar su último respiro pidió escuchar esas notas.
Al recital llegaron seguidores de San Luis, Merlo, Tilisarao y Río Cuarto. La mayoría de las caras de la multitud eran de veinteañeros y treintañeros, aunque también se mezclaron fanáticos que rondaban los cincuenta años y más.
Hacia el final, "Chau" avizoró la despedida que llegó siete canciones después. Las paredes de “Espacio Mitre” retumbaron al sonar "Arde", "Paranoia", "Déjame bailar", "Destierro", "Verte reír", "El camino", "Tan Lejos", "No hay dolor" y "Te voy a llevar".
La fiesta candombera duró dos horas y cuarto, e incluyeron el plus que pidió a gritos el público, que fue recompensado con "Pensar" y "No era cierto". Ese cierre fue el pico más alto de la noche, con saltos, gritos y aplausos de un público fiel que se sintió recompensado. Y unos músicos que, como en todas las presentaciones anteriores, se vistieron de simpatía y derrocharon candombe y rock and roll mientras arengaron al grito de “se prende fuego Villa Mercedes”.
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