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Teme porque su ex, acusado de abusar de sus hijas, recuperó la libertad

Aunque el jueves confirmó el procesamiento de Federico Guidugli, la Cámara del Crimen 2 le revocó la prisión preventiva. La joven está desconcertada con la resolución. 

Por redacción
| 25 de agosto de 2017
Creíbles. La psicóloga que entrevistó a las hermanas en la Cámara Gesell dijo que sus dichos eran fiables.

La joven que el año pasado denunció a su ex pareja por abusar de sus hijas, de 16 y 13 años, fruto de una relación anterior, asegura que está desconcertada y con miedo tras la resolución que la Cámara del Crimen 2 de San Luis emitió el jueves. El tribunal rechazó la apelación al procesamiento que en su oportunidad había presentado el defensor. Pero, en el mismo dictamen, le revocó la prisión preventiva, ordenando que recuperara de modo inmediato la libertad. Anoche, tras casi nueve meses de encierro, el procesado, Federico Guidugli, de 36 años, durmió afuera del Servicio Penitenciario Provincial, confirmó su abogado, Aldo Giuliani.

 

La Cámara –que preside Fernando De Viana e integran Hugo Saá Petrino y Gustavo Miranda Folch– ratificó "en todos sus términos” el procesamiento que el juez Penal 1, Sebastián Cadelago Filippi, había dictado el pasado 27 de noviembre.

 

Además de dejar sin efecto la prisión preventiva, el tribunal dispuso una prohibición de acercamiento del sospechoso a su ex mujer y a ambas menores. “No así a mi hija más chica, que hoy tiene 3 años”, indicó la denunciante. Esa nena es producto de la relación que mantuvo con el procesado.

 

"El juez de instrucción Cadelago Filippi, en cambio, había ordenado una restricción de acercamiento de Guidugli tanto a mí como a todas mis hijas, que incluía mi domicilio, lugar de trabajo”, la escuela de las menores y los sitios a los que concurren de modo habitual, contó.

 

 “Los parámetros que debemos valorar ante una prisión preventiva es que la persona no vaya a entorpecer o a eludir el accionar de la Justicia. En este caso, no surgen del expediente elementos que nos hagan presumir valederamente que vaya a fugarse. El procesado vive y trabaja acá –NdP: antes de ser detenido estaba empleado en un banco–. Debe mantenerse, en la medida de lo posible, la libertad de la persona llevada a proceso. Para que la prisión preventiva no sea un adelanto de la condena, si no estaríamos incurriendo en una gravedad muy grande y podemos ser sancionados”, explicó De Viana, consultado por El Diario sobre los criterios que aplicó la Cámara para ordenar la excarcelación.

 

“Tengo temor de que se fugue –le dijo la denunciante a este medio–. Tiene la ciudadanía italiana y su padre vive en una ciudad cercana a Milán. Si bien, en su momento, sus dos pasaportes, tanto el argentino como el italiano, quedaron en mi poder, nada garantiza que no haga el trámite para obtener los duplicados”.

 

Narró que los abogados que la representan, Bernardo Estrada e hijo, hicieron en su momento una presentación, en la que requerían la recusación de uno de los integrantes de la Cámara, Miranda Folch, con la sospecha de que hubo un acuerdo con un familiar del procesado, para que éste resultara beneficiado. “Finalmente, la recusación fue rechazada, como también la excusación de otro de los camaristas”, refirió la denunciante, quien aseguró que su ex ha accedido a un trato diferencial mientras ha estado encerrado y cree también que tiene los medios para salir del país.

 

La mujer indicó que la resolución salió ayer pasadas las 14. “La sacaron entre gallos y medianoche, como se dice, justo ahora que viene un fin de semana largo, con lo cual, mis abogados recién podrán presentarse en la Justicia la semana próxima”, acusó.

 

“Estoy enterado (de la decisión de los jueces) porque me llamaron del Servicio Penitenciario. Entiendo que el dictamen salió después de las 13. Todavía no pude verlo, para conocer los fundamentos”, le explicó Giuliani a este medio, ayer a la tarde.

 

El 27 de noviembre del año pasado, el juez Cadelago Filippi procesó a Guidugli por el abuso sexual gravemente ultrajante de la más pequeña y por abuso sexual simple, en el caso de la mayor.

 

El magistrado consideró que ambos delitos estaban agravados por la relación de convivencia preexistente, dado que la denunciante, sus dos hijas mayores, el sospechado y la nena que tienen en común vivieron en la misma casa, en Potrero de los Funes, hasta un par de semanas antes de que la mujer tuviera indicios de los ataques.

 

“La Cámara demoró ocho meses para resolver esto. En la apelación, lo que cuestioné del fallo de primera instancia es que, al momento de dictar el procesamiento con prisión preventiva, no había indicios suficientes”, afirmó Giuliani.

 

“En verdad, no había y no hay elementos para calificar el hecho de esa manera. Hubo contradicciones en el dictado del procesamiento. Hay detalles del caso que no voy a dar, por tratarse de menores. Pero no ha existido ningún tipo de abuso. Desde esa base apelé, y dije que, en su caso, como figura residual, quedara enmarcado en un abuso simple”, completó.

 

La Cámara, finalmente, compartió el criterio de Cadelago Filippi en cuanto a la calificación y ratificó la valoración que hizo el juez de instrucción de las pruebas reunidas.

 

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