Cinco amigos hicieron un festejo solidario para más de cien niños

En el corazón del barrio Remedios de Escalada, la solidaridad se multiplicó. El festejo que idearon cinco amigos, sumó voluntades y donaciones hasta dar como resultado una jornada especial para más de cien niños que volvieron a celebrar su día con juegos, sorpresas y una suculenta merienda.

Los organizadores del evento son solo un grupo de jóvenes que tienen ganas de ayudar y siempre buscan una forma distinta de hacerlo. Tres de ellos son hermanos (Héctor, Yésica y Karina Portela) y las dos restantes (Yésica Peralta y Tamara Núñez) son amigas de la familia.

Todo surgió, como suceden muchas cosas en la actualidad, a través de WhatsApp. "Teníamos un grupo que habíamos armado para salir a bailar. Pero Héctor nos preguntó por ahí qué nos parecía la idea de organizar algo para el Día del Niño. Le dijimos que sí y nos pusimos manos a la obra", relató Karina, con mucha naturalidad.

Es que no era la primera vez que un proyecto solidario emergía en ese círculo de amigos y parientes. Desde hace tres años, Héctor, con el apoyo de los suyos, se calza el disfraz de Papá Noel en Navidad y de Rey Mago en enero, para salir a repartir juguetes por los barrios más carentes de la ciudad.

Con casi un mes de anticipación, las chicas y el muchacho comenzaron una colecta de leche, cacao, golosinas y galletas para preparar una rica merienda para los chicos. Y desde ese momento, notaron como las ganas de colaborar empezaban a multiplicarse. "Recibimos muchísimas donaciones de gente común que sólo quería ayudar. Otras personas se acercaron a dar una mano para servir", valoró Tamara.

Al principio, como imaginaban un encuentro con pocos niños, habían decidido hacerlo en el patio de la casa de Peralta, ubicada sobre la calle Doctor Domínguez. "Pero como lo difundimos, me empezaron a decir que podían venir muchos más. Entonces pedimos permiso al Municipio y cortamos la calle desde Bélgica hasta Italia", aclaró Héctor.

Así, sobre una de las explanadas que divide el bulevar vecino al canal de agua, unos 140 chicos entre los que viven en el barrio y los que llegaron desde el Santa Teresita y del Villa Celestina. Con ayuda de sus madres, los organizadores prepararon 80 litros de chocolate. Como sobró casi la mitad, lo repartieron entre las familias de los niños.

Sobre el asfalto, realizaron diferentes juegos, como el de saltar la soga, las carreras de embolsados, y el tradicional "tesoro escondido". Además, algunos de los voluntarios se disfrazaron de payasos y el titiritero Antonio Escudero ofreció un show especial.

"La pasamos muy bien. Hicimos varios juegos y todos se pudieron llevar un regalo de las donaciones que habíamos juntado. Las personas que vinieron nos agradecían y se fueron muy conformes. Jugaron, cantaron y bailaron toda la tarde", analizó el joven de 25 años.

Aunque está acostumbrado a encabezar movidas solidarias, Portela no sabe definir qué lo motiva a resignar su tiempo para hacer felices, aunque sea por un rato a los niños. Tamara, su amiga, intentó ponerlo en palabras y sostuvo que los moviliza "la satisfacción de ver a los chicos sonreír y la solidaridad que hay en la gente. Para un niño, llevarse un juguete o compartir un día de diversión, es algo que los marca. Para nosotros, ayudar a que eso pase, está buenísimo", expresó.