Isabella, la nena proteccionista: "Una mascota es uno más de la familia"

Isabella De Oliveira, tiene nueve años y desde los tres ayuda a los animales que fueron abandonados. Hace dos semanas encontró a "Bebé", un perro de dos años en la ruta, lo alimentó, bañó y le buscó una familia para que lo ame. Hoy sueña con tener un refugio. 

La pequeña puntana cursa cuarto grado en la escuela Multilingüe Digital "Progreso y Sueños". Desde niña se caracterizó por su amor a los animales, sentimiento que lleva a la acción  cada vez que puede. Sentada en una silla, se acomodó su camisa verde esmeralda y con desparpajo contó que le gustaría ser veterinaria. 

A su lado su mamá Sandra Becerra, orgullosa de escucharla, comentó que la pasión por los animales la tiene desde pequeña y que siempre apoyará la iniciativa de su hija. "Ha tenido desde vizcachas hasta gato montés. Se quiere llevar todos a casa", comentó sonriente, mientras que Isabella con una mirada cómplice asintió con la cabeza y relató un episodio que vivieron juntas. 

"Hace dos semanas al costado de la ruta encontramos un perrito negro abandonado. Me dio pena verlo así y le pedí a mi mamá que lo rescatáramos. Conseguimos alimento, lo bañamos y después lo llevamos a la veterinaria. Estaba enfermo y tenía lastimado un ojo, por suerte le dimos la medicación y se fue sanito", dijo la pequeña, quien tomó su cabellera rubia y destacó que era juguetón  y cariñoso. "Siempre se subía arriba mío, lo cuidé y me encargué de darle agua y comida", contó.

Su mamá recordó que en ese entonces le dijo a Isabella que no se lo podían quedar. "Actualmente tenemos tres perros y siete gatos, vivimos en un departamento y casi que no tenemos espacio, uno más es una multitud", comentó mientras tomó el hombro de su hija, sonrió y agregó que ese mismo día se puso en movimiento para comunicarse con la proteccionista Elsa Palma.

"Ella se contactó con una conocida y le pasaron el teléfono de Elsa, así fue que se juntaron y lograron encontrarle una familia", señaló Sandra y expresó que al momento de darlo en adopción se puso muy triste. "Lloró un poco pero entendió que no tenemos espacio para tenerlo, y también se puso feliz al saber que dos nenes lo iban a cuidar igual que ella. Los dueños se lo llevaron a La Florida", destacó. 

El amor por los perros de la pequeña proteccionista viene desde hace muchos años. "En casa tenemos tres perros rescatados de la calle, un dálmata que lo encontramos cerca de El Trapiche, un dogo que al principio no se dejaba tocar, nos dio miedo pero finalmente lo trajimos con nosotras, tenía el aspecto de que hacía pocos días lo habían dejado", manifestó la mujer y señaló que el último que se sumó a la familia fue "Chiquita". "Apenas la vio se enamoró y no la quiso dar, tal fue así que se terminó quedando", aseguró.

La pequeña de nueve años sueña con tener un refugio para cuidar a los animales hasta que encuentren un hogar. "A los niños de mi edad les digo que si adoptan un perro tienen que ser responsables, protegerlos y darle de comer. Además tienen que pedirle a sus papas que lo lleven al veterinario. Ningún animal se merece sufrir por eso hay que jugar con ellos y darles mucho amor", enfatizó.