Un hombre murió tras colocarse una inyección; investigan la causa
Según la necropsia, tuvo una insuficiencia cardíaca. Sufría afecciones crónicas, dijo la Policía.
El médico le había indicado a Gustavo Ariel Brito, un vecino de La Calera, dos remedios. Los compró y el miércoles a la mañana fue al centro de salud del pueblo, para que le colocaran los inyectables. Pero no salió de la sala bien, por sus propios medios: sufrió una descompensación, y fue de tal magnitud que resolvieron trasladarlo al Hospital San Luis. No sobrevivió. Ahora, la Policía de esa localidad realiza averiguaciones para saber qué ocurrió, cuál fue la causa de su muerte.
Brito estaba casado con María Antonia López, quien el 19 de diciembre a la siesta hizo en la Subcomisaría 5ª la denuncia que motoriza la investigación. La mujer expuso que ese día, por la mañana, su marido salió al trabajo a llevar el certificado que le había dado el médico. El hombre regresó a su casa y buscó la penicilina 2.400.000 y la betametasona que le habían indicado y fue a la sala. Fue entre las 10 y las 10:30.
López no lo acompañó: se quedó en la casa planchando el uniforme del hijo, que tenía un acto escolar. En esa tarea estaba cuando una vecina le avisó que fuera rápido al centro de salud, porque a Gustavo lo iban a llevar de urgencia a San Luis. Corrió hasta allí y alcanzó a ver a su esposo cuando lo subían a la ambulancia.
En la presentación asentó que le preguntó a la secretaria qué había pasado, y que ella le respondió que a Gustavo "le había caído mal la inyección" y que al acercarse a la ambulancia vio a su marido "todo orinado y morado". Ella se fue a cambiar, para irse con él en la ambulancia, pero cuando regresó, el vehículo sanitario ya había salido. Recibiría la noticia del fallecimiento un rato después, en el Hospital San Luis. La muerte fue constatada cerca del mediodía, refirió ayer el jefe de la Subcomisaría 5ª de La Calera, subcomisario Antonio Becerra.
"Tenía un cuadro complicado"
López pudo hablar después con Mirna Quiroga, la médica que viajó con Brito en la ambulancia. La interrogó para saber qué había ocurrido, y ella le contestó que había sufrido un infarto. Pero López le dijo que él nunca tuvo problemas de corazón.
Según dichos, Brito sufría hipertensión y diabetes, es decir, enfermedades crónicas, contó Becerra. Si bien eso no está asentado en la denuncia, la esposa del fallecido sí mencionó que él tenía un médico en San Luis capital, de apellido Miranda, que es quien le había recetado los remedios por los que el martes fue al inyectatorio.
Brito "tenía problemas de salud y tenía un seguimiento, estaba bajo tratamiento", refirió el subcomisario. "Tenía un cuadro general complicado, problemas en los miembros inferiores. Su médico lo ha tratado anteriormente por estas afecciones. Luego siguió haciéndose ver por este doctor, quien le dijo que siguiera con el tratamiento y ayer (por el miércoles) le dio esa medicación ", agregó el jefe policial.
"El médico nunca le preguntó si era alérgico ni nada. Ayer cuando le recetó esa medicación, yo lo acompañé y estuve en todo momento con Gustavo", expresó la mujer en la presentación, quien dijo que si bien a su marido ya nadie se lo devuelve, quiere saber cuál fue la causa de la muerte, "que haya justicia", por él y por sus hijos.
Después de tomar la denuncia, la Policía habló con el juez Penal de turno, Ariel Parrillis, que ordenó que se hiciera la autopsia. La forense Patricia Gallardo concluyó que Brito murió por una insuficiencia cardíaca. "No sabemos aún si fue una reacción alérgica, si no toleró el medicamento –dijo Becerra–. A los dos remedios se los había dado su médico de San Luis. Tengo entendido que solo alcanzaron a colocarle la penicilina".
Los efectivos de La Calera le tomaron declaración a la enfermera que lo atendió y a la médica Quiroga. La enfermera dijo que, tras ponerle la inyección, al hombre comenzó a faltarle el oxígeno.
Quiroga no estaba en el centro de salud cuando Brito empezó a sentirse mal. Estaba en otra salita, en San Pedro. La enfermera le dio la primera asistencia al paciente en crisis, lo subieron a la ambulancia y pasaron a buscar a la médica por el paraje donde estaba, y de ahí salieron a la ciudad capital, resumió el policía. Quiroga "hizo las tareas relativas a la reanimación, a intentar mantenerlo con vida", contó.
Al médico de cabecera, Miranda, hasta ayer no le habían tomado declaración. "Hay que citarlo –refirió Becerra–. Por el momento, esperamos directivas del juez".
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