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La adicción al juego empujó a una mujer a asesinar a su tía

Por redacción
| 02 de mayo de 2018
Yacobino. Según sus allegados, solía ir a lo de Rosula para pedirle dinero. Y si no le daba, se enojaba. Foto: El Diario

Es la conclusión de la jueza Virginia Palacios, que procesó a María del Carmen Yacobino por el homicidio de Rosula Camargo.

 

María del Carmen Yacobino atravesaba una acuciante crisis por las deudas que mantenía con varias personas por su adicción al juego, refirió la jueza Penal 3, Virginia Palacios, en la resolución que emitió el lunes. Uno de sus acreedores sería su propio ex patrón, dueño de la pizzería y cervecería del que era encargada, en la esquina de España y Maipú. La magistrado supone que ese aprieto monetario puede haberla llevado hace 11 días hasta la casa de su tía, Rosula Camargo, para pedirle plata, y que, ante la negativa de la anciana de 80 años a darle dinero, Yacobino le dio dos puñaladas en el corazón. Con sólidos indicios de que fue la autora del homicidio, Palacios la procesó y ordenó que fuera llevada a la Penitenciaría Provincial, con prisión preventiva.

 

En el mismo fallo, la jueza ordenó la ampliación del sumario y fijó fecha para tomarle declaración indagatoria por otros dos delitos: incendio doloso y administración infiel. Respecto a este último, el damnificado sería el ex jefe de la procesada.

 

Yacobino fue llamada a declarar la semana pasada como imputada por homicidio con alevosía y ensañamiento, dos agravantes por los cuales ese delito se castiga con prisión perpetua. Pero al analizar las pruebas, Palacios decidió mutar la calificación originaria y procesarla por una figura menos grave, homicidio simple, cuya escala de penas es de 8 a 25 años de cárcel.

 

La duda a despejar era si la imputada, con su comportamiento, aumentó deliberadamente, de manera innecesaria, el padecimiento de la víctima –es decir, si hubo ensañamiento de parte de ella– o si buscó colocar a la anciana en un estado de indefensión, para actuar sobre seguro y lograr su fin –alevosía–. La jueza consideró que no fue así.

 

Palacios explicó que el cambio de calificación obedeció, fundamentalmente, al estudio que hizo de la declaración de la forense Marcela Gómez, que practicó la autopsia. La perito del Poder Judicial señaló que la causa efectiva de muerte fue el shock hipovolémico –hemorragia– causado “por las dos heridas punzo-cortantes situadas en el pectoral, con profundidad suficiente para alcanzar el ventrículo izquierdo del corazón”.

 

También le consultaron a la forense cuál fue la incidencia del fuego en el resultado muerte. Concluyó que, por el estado en que estaba la tráquea, Rosula no inhaló monóxido de carbono. Es decir, ya estaba fallecida cuando las llamas la alcanzaron.

 

La definición del lunes alivia un tanto a la detenida. Pero su situación no deja de ser complicada: está acusada de asesinato.

 

 

La vieron y la reconocieron

 

Yacobino no pasó desapercibida el día del crimen. Al menos cuatro personas la vieron entrar o salir de la casa de la anciana, en Sarmiento 1641. Los testigos son un joven que vive a metros de la vivienda de la víctima, que estaba en la vereda con su novia y su perro; otro vecino de la cuadra; y un policía que había ido a visitar a sus hermanos, en otro domicilio de la zona.

 

Los novios fotografiaban a su mascota cuando vieron salir de lo de la viejita a una mujer que subió a un Volkswagen Gol Trend blanco que estaba estacionado. Yacobino tiene un auto de esa marca, modelo y color. En particular, la joven dio una minuciosa descripción de la fisonomía y las ropas que vestía la mujer, que llamó su atención porque salió “al tranco”, según recordó. Las características que dio coinciden con las de la ahora procesada.

 

El otro vecino evocó que entre las 19:30 y las 19:40, cuando llegó a su casa, notó que había parado un Gol Trend blanco frente a su domicilio. Vio también que una mujer, que no le era familiar, bajó del rodado y entró a lo de Camargo.

 

El policía que estaba de visita también observó a una mujer subir a un Gol Trend, cuando iba a un negocio a comprar. Él fue quien, instantes después, vio fuego en lo de la anciana y llamó a los bomberos junto al chico que estaba con su novia. Las dotaciones ya estaban allí cuando él y la pareja vieron regresar a la mujer que se había ido en el auto.

 

 

Se cambió la ropa

 

“Los testigos (…) reconocieron a la imputada como la persona que había salido de la casa de la víctima, y dicho reconocimiento operó en dos momentos diferentes: al apersonarse la imputada al lugar, luego de ser llamada por un familiar, oportunidad en que la misma ya había mudado parte de su vestimenta, y cuando la vieron ingresar a la Comisaría 2ª, donde advirtieron que nuevamente se había cambiado la ropa”, expresó la jueza.

 

Además, estos testigos reconocieron las prendas que la Policía secuestró en el allanamiento en la casa de Yacobino, y también identificaron el automóvil que le secuestraron.

 

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