Asegura que una firma la estafó con 150 mil pesos

Marta Maranguello ya no sabe qué hacer, ni qué decir. Hace cinco meses firmó un contrato con una constructora de viviendas llamada “Uruar”, para ampliar su casa del barrio San Antonio de Villa Mercedes. Con la firma de su esposo y con una primera entrega de 150 mil pesos cerró ese acuerdo. Sólo restaba que la empresa con la que hicieron trato cumpliera su parte: construir en los siguientes cien días un primer piso en su vivienda. Hasta ayer eso último no sucedía, denunció la mujer. 

Cansada de la falta de respuestas por parte de “Uruar”, ayer a la mañana Maranguello fue a Defensa del Consumidor. Allí se enteró de que no es la única víctima de la constructora. “Son varios los damnificados”, le dijo a El Diario. También le comentaron que esa gente decidió llevar su denuncia más allá del área de Defensa del Consumidor. “Seguirán por la vía judicial, con abogado y todo”, agregó. 

Contó que dio con “Uruar” porque un compañero de trabajo de su esposo se la recomendó. “Él los buscó para hacer una ampliación de la casa, y a él le cumplieron”, aclaró. Ella piensa que fue así porque el conocido de su marido fue uno de los primeros clientes de la firma.

“Nosotros firmamos el contrato el 23 de noviembre”, recordó. Para que la obra arrancara, Nazareno González, el encargado de la constructora, les dijo que tenían que entregar, al menos, el 70 por ciento del costo total. Maranguello y su esposo pidieron un préstamo bancario para abonar los 150 mil pesos que les exigieron y, más adelante, debían entregar otros 36 mil pesos. 

La construcción debía llevarse a cabo en la casa de Rivadavia 495 en la que la pareja ha vivido desde que se casaron. “El primer piso tendría dos dormitorios y un baño. Ni siquiera tenían que hacer la escalera porque a ésa ya la teníamos hecha”, aclaró. La ampliación tendría 30,5 metros cuadrados. 

Nadie, ni siquiera un albañil, se acercó a lo del matrimonio en los tres meses en que se suponía debían edificar, dijo la mujer. “Lo llamaba (a González) una vez por semana. No me contestaba, y cuando me atendía me decía: ‘Ahora estoy entregando una llave en Concarán’ o en Justo Daract, y ‘nosotros, que te pagamos ¿para cuándo?’, le respondía yo”, recordó. 

Contó que, luego de mucho insistir con llamadas y visitas a las oficinas que la empresa tiene en avenida Presidente Perón, González se acercó a su domicilio. “Vino con un anexo del contrato para que firmáramos”, señaló. En el documento, en el que sólo figuraban los nombres del representante de “Uruar” y del esposo de Maranguello, los clientes le concedían a la empresa otros 40 días corridos para cumplir con la obra. Ese segundo acuerdo fue pactado el 21 de marzo. “Nos tendrían que haber entregado la ampliación de la vivienda a principios de este mes, a más tardar, y todavía nada”, dijo indignada. 

“Lo estuve llamando hasta el sábado y hoy (ayer) fui a las oficinas y no estaba, estaba en Río Cuarto. Se la pasa diciendo que tiene la parte de la ampliación lista en el taller, que sólo nos las tiene que traer ¿Y? ¿Por qué no la trae? Ahora nos sale que por la lluvia no se puede. Nos está tomando el pelo”, remarcó.