Niños de una escuela rural festejaron por anticipado

El sol radiante le puso buen clima a la jornada de este jueves, y los alumnos de la Escuela Rural Nº 228 "Gobernador Juan Saá" pudieron jugar, andar a caballo y hasta simular ser bombero por un día. El festejo fue la previa del Día del Niño y estuvo a cargo de la Dirección General de Niñez, Adolescencia y Mujer Víctima de Violencia de Género. Además, estuvieron la Policía Provincial, los Bomberos Voluntarios y la División Canes.

El colegio está ubicado por ruta N° 146 pasando la Penitenciaría, en un paraje que se denomina Algarrobos Blancos. En el hall principal estaban sentados los 129 alumnos de nivel inicial y primario. Mientras charlaban entre ellos, se deleitaron con un rico chocolate acompañado por otras delicias. De repente, todos hicieron silencio, no sabían lo que estaba por suceder. La puerta principal se abrió y entró la banda de música de la Policía Provincial tocando un repertorio infantil.

Los chicos no salían de su asombro, cantaron y aplaudieron al ritmo de la música. Minutos después se acomodaron y en fila india salieron al patio donde había más sorpresas. Al salir se dieron cuenta que los esperaba un "parque de diversiones". No sabían por dónde empezar. De un lado estaban los perros entrenados que brindaron una exhibición, del otro un camión de bomberos, además de un pelotero, caballos y motos de la Policía Provincial, y payasos.

Haciendo fila, sonriente y con las manos en los bolsillos de su campera rosada estaba Carolina Toledo, alumna de quinto grado, quien alegre contó que uno de sus animales preferidos es el caballo y que estaba a punto de cabalgar en uno. "Falta poquito, estoy contenta y ansiosa. Además es la primera vez que veo un camión de bomberos, me gusta la sirena porque es muy alocada", manifestó riéndose y paso seguido se subió al caballo.

A un costado estaba Silvia Kalczynski, maestra de primer grado,  que sacaba fotos, cuidaba a sus alumnos y no dejaba de sorprenderse por la alegría que tenían los chicos. "La verdad es que solo esperábamos que vinieran los perros de la Policía, eso es lo que le dijimos a los chicos, y al final se armó una hermosa fiesta", contó con los ojos vidriosos.

"Verlos tan felices me reconforta el alma. Si bien nuestra escuela está en la ciudad, por ahí se hace difícil que los chicos puedan ir al centro a los festejos y hoy poder vivirlo acá es maravilloso. En verdad son cosas que no les pasa habitualmente y por ahí las disfrutan más que otros niños", resaltó Silvia.

Pasadas las 11, sonó la alarma del camión de los bomberos y los chicos salieron corriendo a su encuentro. Ninguno se quiso perder la oportunidad de subirse y simular ser uno de ellos por un día. Joaquín Hernández junto a Kevin Ibáñez, alumnos de séptimo año, no lo dudaron ni un segundo. Rápidamente uno tomó el mando del volante y el otro se acomodó en el asiento de copiloto. "Poder subirnos es toda una aventura, estamos muy contentos. Fue una gran sorpresa para todos los chicos de la escuela",  dijo Joaquín, quien abrazó a su amigo  y juntos se fueron a mirar la exhibición de perros.

Finalmente, entraron los policías en sus motos, se acomodaron uno al lado del otro e invitaron a los alumnos a dar una "vueltita". Protegidos con los cascos,  tomaron coraje y se fueron a disfrutar del recorrido, sabiendo que habían pasado un excelente día rodeados de afecto y diversión.