Acusado de matar a un anciano y a su hijo negó haber sido el autor

La acusación que pesa sobre Diego Martín Becerra es gravísima, nada menos que la de haber asesinado a dos personas para ocultar otro delito, en este caso, un robo. Pero ayer, Becerra aseveró que no conocía a Simón Pérez ni a su hijo de crianza, Paulo Muñoz, las víctimas. Y negó también haber estado el 28 de junio de 2015 en el campo del paraje Cerros Negros, en el departamento San Martín, donde Muñoz fue ejecutado de un tiro en el cuello y Pérez fue golpeado de forma tan salvaje que murió días después en el Hospital San Luis. 

Una fuente de Judiciales de la Unidad Regional III confirmó que, tal como estaba previsto, Becerra, de 38 años, fue trasladado de la alcaldía de la Unidad, donde permanecía alojado desde el lunes, al Juzgado Penal de Concarán, para ser indagado por la jueza Patricia Besso.

El defensor oficial de la Tercera Circunscripción, José Luis Guiñazú, le informó ayer a El Diario que, en principio, iba a asistir al imputado, pero que cuando iba a comenzar la audiencia se presentó el abogado Andrés Fernández, quien asumió el cargo en ese momento. 

Ayer por la tarde, en contacto telefónico con este medio, Fernández contó que Becerra declaró, pero no dio mayores detalles ni de lo que su cliente manifestó ni de cuáles son las pruebas en las que la jueza se basó para ordenar la detención del sospechoso, medida que policías de la Unidad Regional VI, de La Toma, concretaron el domingo en una doma que se hizo en Juana Koslay.

Que hayan ordenado su arresto “llama poderosamente la atención, que hayan pasado tantos años y que ahora, como por arte de magia aparezca un imputado (…), hay muchas cosas que dejan cabos sueltos”, opinó el defensor. “¿Se acuerda la causa Macarrón? Bueno, esto es muy similar”, dijo en referencia a Marcelo Macarrón, viudo de Nora Dalmasso, la mujer cuyo asesinato, cometido hace casi 13 años en Río Cuarto, aún sigue impune y por el cual estuvieron en su momento sospechados el propio Macarrón; el hijo que este tuvo con la víctima, Facundo Macarrón; y el pintor Gastón Zárate, quien fue bautizado popularmente como “el perejil”.  

Fernández explicó que esperará a ver qué resuelve la magistrado para recién ahí comentar qué dijo su cliente y qué pruebas hay en el expediente. El imputado no pidió prórroga de la detención, por lo que Besso debería tomar una decisión mañana. 
“Becerra contó su versión (…), estamos hablando de una situación totalmente distinta de lo que se pretende endilgarle. Por eso es muy raro lo que estamos viviendo. Pero somos respetuosos de esta instrucción, y estamos a la espera”, reiteró Fernández, quien agregó que el meollo del problema es el tiempo transcurrido desde que ocurrieron los crímenes y qué indicios contra Becerra han logrado reunir. “Mantenemos la reserva porque de lo que se resuelva técnicamente depende lo que vamos a plantear después verbalmente y por escrito”, dijo. 

Los atacaron con mucha saña

-Simón Pérez, de 92 años, y su hijo de crianza, Paulo Muñoz, de 59, vivían en un campo donde se dedicaban a la cría de animales y al cultivo para consumo propio. El 28 de junio de 2015 fueron atacados en su casa, se presume que con fines de robo. 

-Es posible que el o los ladrones que fueron a la vivienda lo hicieran sabiendo que, días antes, Pérez y Muñoz habían vendido animales, por lo que suponían que allí tenían plata.  

-Pero, según contó una fuente de la causa ayer, ellos habían dado el dinero a familiares para que lo depositaran en el banco. Quizás eso explica la saña con la que actuaron, para obligarlos a entregar una suma que no tenían allí. 

-Muñoz estaba boca abajo, atado con las manos hacia atrás, a unos 500 metros de la casa, con un tiro en el cuello. Pérez fue hallado vivo, pero muy golpeado. Debieron amputarle una mano, ya que se gangrenó producto de las fuertes ataduras. No sobrevivió a las graves lesiones y murió días después.