Crean una bebida para conquistar el paladar de los celíacos

Estudiantes de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agropecuarias (FICA) de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) buscan conquistar el paladar de los celíacos. Elaboraron una bebida similar a la cerveza, a base de amaranto, sin gluten y ayer hicieron la degustación para definir las características, como el sabor, el aroma y el color. Aseguran que obtuvieron resultados positivos y que la idea es mejorar y aumentar la producción para poder comercializarla. La prueba fue en el Salón de Usos Múltiples del CE Nº 10 “Ramiro Podetti”.

Cerca de 30 personas se sumaron a la cata. “Hasta el momento, las críticas fueron muy buenas. Invitamos a gente de la universidad y del colegio y quedaron muy conformes. Queremos realizar un panel sensorial de 60 personas aproximadamente”, explicó Luciana Balmaceda, una de las profesoras que forma parte del proyecto "Desarrollo de nuevos productos a base de amaranto".

Stella Maris Zaniolo, la directora de la iniciativa, aclaró que ya hicieron un análisis económico para analizar qué posibilidades tienen de salir al mercado. “El objetivo es comercializar una bebida que no sea costosa. De acuerdo a los estudios, estamos dentro de los precios de una cerveza común y podría ser vendida sin problemas”, explicó.

Balmaceda comentó que no hay muchas variedades de las bebidas fermentadas sin gluten en el mercado, solo existen de sorgo y de maíz. “La idea es perfeccionar esta producción y, a su vez, crear otras alternativas, siempre desde la base que sea apta para celíacos, pero sumar nuevos insumos, como miel o remolacha, para tener otras opciones”, adelantó.

Darío Mora, un profesor de la escuela técnica, destacó la iniciativa de que la elaboración llegue a las góndolas. “Me parece fantástico e inclusivo. Noté un producto con grandes características, similar a una cerveza y con un sabor particular. Me gustó mucho”, manifestó.

El proceso inició en el laboratorio de la FICA a principios de año y, en agosto, lo trasladaron a la planta piloto del establecimiento educativo del barrio Virgen de Pompeya, para aumentar la escala. "Lo primero que hicimos fue maltear el cereal, luego llevar adelante la cocción, la fermentación, hasta llegar al envasado y después almacenarlo. Fue un trabajo muy duro, pasamos varias horas tomando muestras, pero los resultados fueron los que esperábamos y estamos muy felices", sostuvo María José Orozco, una de las estudiantes.

Antes del proceso eliminaron todos los restos de gluten, con el apoyo del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). 

“Era una prueba de fuego para la planta. Solo habían hecho cerveza artesanal, que se probaron varias fórmulas, pero ahora le sumaron otra condición y había que ver si respondía bien”, expresó Alberto García, el director del colegio.