Feria de ofertas de verano en el Complejo Arenas de La Punta

Mientras los caballos relinchaban antes de entrar a la pista de carreras y disputarse por el premio “Vicente Dupuy” en el Hipódromo La Punta, en los alrededores se vivió una fiesta repleta de emprendedores, artesanos, diseñadores y vendedores de ropa.

Durante la tarde del domingo, las carreras de los equinos fueron una excusa para los puntanos y turistas que decidieron pasar una jornada diferente y calurosa en las instalaciones del Complejo Arenas de La Punta.

El salón “Tattersall” fue el elegido para el “outlet” que se preparó especialmente para todos aquellos amantes de la moda, los precios bajos y los descuentos. Calzado, ropa para mujeres, hombres y chicos, accesorios, ropa de cama, deportiva, de fiesta o casual fueron algunos artículos que se vieron en el amplio espacio que también estuvo musicalizado durante toda la tarde.

Mientras el sol caía y los caballos hacían de la suya en la pista, el lago artificial del complejo fue el lugar indicado para todos aquellos que buscaban un poco de desconexión al lado del pequeño paraíso natural. Desde allí se podía observar la muchedumbre que entraba y salía del lugar de apuestas o recorría de punta a punta la feria de artesanos.

Plata, oro y cuero. Anillos, tazas, juguetes hechos con diversos materiales, llaveros y perfumes se amontonaron en los puestos que los vendedores colocaron formando un pasillo. Los vendedores dialogaron con los asistentes que entraban y salían del hipódromo durante toda la jornada.

Otro punto de interés para la gente y los apostadores fue el patio de comidas. Mientras corrían las apuestas, familias enteras, parejas de novios o grupos de amigos miraban atentos a los televisores del lugar por si el dichoso caballo que ellos apostaron como el mejor salía ganador. Los más chicos de la sala descargaron sus energías en el salón de juegos de la galería.

Para completar la tarde de apuestas y relinchos, el conjunto “Las Voces de Roarca” entonó su repertorio cuyano y clásico para musicalizar el calor, la ansiedad y la diversión de algunos. También estuvo presente la Banda de la Policía de la Provincia con sus instrumentos de viento y la percusión entre bombos y platillos, interpretando canciones populares del repertorio tradicional.

Mientras el sol caía y la Luna se acomodaba entre las sierras que decoran la ciudad de La Punta, los autos en el estacionamiento del lugar comenzaron a salir hacia la ruta al terminar la fiesta hípica. Mientras que otros se quedaron hasta que las carreras culminaron pasadas las 21. Para ese momento, el "outlet" en el salón contiguo ya estaba cerrado y muchos que estuvieron con toda la atención puesta solo en las carreras se perdieron las ofertas en indumentaria que fueron furor para los que supieron aprovechar.