El San Buenaventura vivió un simulacro de evacuación

Unos minutos después de las 11, los pasillos y las aulas del Instituto San Buenaventura se transformaron en un clima de adrenalina, tensión y aprendizaje, siendo el escenario principal de un simulacro de evacuación que organizaron y coordinaron las autoridades y auxiliares de Defensa Civil. Unos 350 alumnos del nivel secundario fueron los protagonistas de un episodio prácticamente real, que duró un poco más de una hora, y también participaron los docentes, directivos y el personal de maestranza. Los organizadores aseguraron que la práctica fue “exitosa” y adelantaron que la próxima semana será el turno de los estudiantes de la primaria y el nivel inicial.

“Los jóvenes tuvieron un comportamiento excelente y notamos que estuvieron totalmente comprometidos con adquirir este conocimiento”, expresó el Subsecretario de Defensa Civil, Jorge Barroso, una vez finalizada la práctica, en la que además participaron efectivos de la Policía de la Provincia, el servicio de asistencia médica privada UMI, el Sistema de Emergencia Provincial (Sempro), los Bomberos Voluntarios “El Fortín”, y el área de Tránsito de la Municipalidad.

Si bien la puesta en escena se realizó ayer, el responsable comentó que durante toda la semana los estudiantes fueron realizando distintas acciones y capacitaciones previas a la prueba final. “Cada curso tenía dos líderes, quienes capacitaron al resto de sus compañeros y se encargaron de la evacuación. Otros dos, que les llamamos alerta y orden,  tuvieron la tarea de llamar a los sistemas de emergencia y a su vez del corte de tránsito, para que todo el establecimiento pueda cruzar la calle sin problemas”, explicó Barroso, quien destacó que para los adolescentes esta instrucción será muy útil para las distintas circunstancias que se les presenten.

El simulacro comenzó con un sonido de alerta, que según los profesionales puede ser por incendio, un sismo o un escape de gas. Allí los alumnos tuvieron que autoprotegerse en su propio lugar. Luego, la alarma general les dio la orden para salir del establecimiento, y en fila cruzaron hacia el centro de la plaza Pringles, que fue el punto de encuentro. Como plus, la escena continuó con el secuestro de una estudiante, simulando quedar atrapada y desvanecida, y finalmente fue rescatada por los bomberos, que eran los únicos autorizados a ingresar al edificio en estado de alerta.

“Fue una experiencia muy linda, todo lo que aprendimos durante la semana y lo que vivimos hoy fue muy importante y no lo había hecho nunca”, manifestó Ciziano Sosa, un joven de 4º año.

Nicolás Humeres, de 6º, confesó que las charlas que tuvieron durante la semana fueron significativas y muy entretenidas. “Si no hubiéramos adquirido los conocimientos previos, en una situación como ésta, nos veríamos totalmente desorientados y perdidos”, señaló. Su compañera, Eugenia Torres, agregó: “Esto no solo nos va a servir para este tipo de casos, sino para una situación familiar o en una pileta, como en el caso de RCP”.